La Iglesia Católica se ha visto envuelta en una controversia sin precedentes en la Diócesis de Burgos. Diez hermanas clarisas del Monasterio de Belorado han sido excomunicadas por el Arzobispo Mario Iceta, después de que estas afirmaran «haberse separado voluntariamente» de la Iglesia. Este hecho ha generado una profunda conmoción en la comunidad religiosa y en los fieles de la región.
La decisión del Arzobispo de Burgos de declarar la excomunión de estas diez monjas clarisas se basa en la recepción de un burofax, en el que las religiosas comunican de manera «unánime y convencida» su desestimación de presentarse ante el Tribunal Eclesiástico. En dicho documento, las clarisas afirman haber «desvinculado» de la Iglesia Católica Conciliar el pasado 8 de mayo, ratificándolo posteriormente de manera notarial y pública.
La Ruptura de las Monjas Clarisas con la Iglesia Católica
Según el comunicado del Arzobispado, las diez hermanas clarisas han incurrido en cisma, al haber declarado su separación voluntaria de la Iglesia Católica. Esta decisión unánime de las religiosas ha llevado al Arzobispo a tomar medidas canónicas drásticas, como la declaración de excomunión y la expulsión de la vida consagrada.
El Arzobispado ha recalcado que la excomunión es una medida «medicinal», con el objetivo de mover a las monjas a la reflexión y conversión personal. Asimismo, la Iglesia se muestra dispuesta a acoger a estas hijas pródicas, si deciden emprender el camino de vuelta a la comunidad católica.
El Futuro del Monasterio de Belorado y la Comunidad Restante
Aunque diez de las hermanas clarisas han sido excomunicadas, el Arzobispado ha informado que aún existe una comunidad monástica formada por las hermanas mayores y otras tres religiosas que no se han sumado al cisma. Estas hermanas serán una prioridad para la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu, que prevé el envío de monjas de otros monasterios para atender y acompañar a la comunidad remanente en Belorado.
Esta situación sin precedentes en la Diócesis de Burgos ha generado una profunda conmoción y reflexión dentro de la Iglesia Católica. La excomunión de las diez monjas clarisas y su separación voluntaria de la Iglesia plantea desafíos pastorales y jurídicos que deberán ser abordados con prudencia y misericordia, buscando siempre el retorno de estas hijas a la casa del Padre.