A la hora de obtener rendimientos a largo plazo por las inversiones realizadas, los dividendos empresariales resultan especialmente interesantes. Pero hay que tener en cuenta que no todas las corporaciones los pagan.
¿Qué son los dividendos y cómo se obtienen?
Los dividendos son pagos que las empresas realizan a sus accionistas a cuenta de sus beneficios, como modo de recompensa por la inversión que estos han realizado.
La empresa no tiene obligación de repartir dividendos, podría reinvertir todas sus ganancias directamente en sí misma. Pero es común que las entidades emitan acciones con dividendos para atraer a los inversores.
Esta compensación se suele abonar en efectivo, mediante una transferencia bancaria a la cuenta del accionista. Pero también es posible que se pague a través de la entrega de nuevas acciones, lo que aumenta la participación de los accionistas en la empresa.
La periodicidad de pago dependerá de lo pactado. Pero lo habitual es que se abonen de forma trimestral, semestral o anual.
Para acceder a los dividendos hay que adquirir acciones de empresas que los abonen. El momento del nacimiento del derecho a percibirlos se determina atendiendo a la fecha de registro, que es aquella en la que la entidad identifica quiénes son los accionistas elegibles para recibir el dividendo.
La fecha ex-dividendo suele coincidir con uno o dos días hábiles antes de la fecha de registro. Por lo que las acciones deben haber sido compradas antes de llegar ese momento.
En el día previsto para el pago, la empresa distribuye los beneficios, que se depositan en la cuenta de corretaje del accionista si es un abono en efectivo, o en su cartera de acciones si se abonan mediante la entrega de nuevas participaciones en el negocio.
¿Qué es una acción con valor?
La acción con valor es una acción que da derecho a obtener beneficios en el futuro. Se contrapone a la acción de crecimiento, que deriva de empresas que no pagan dividendos a sus accionistas.
Las acciones de valor suelen ser emitidas por empresas maduras y con un flujo de caja estable, lo que les permite distribuir parte de sus beneficios entre sus accionistas. De hecho, utilizan este sistema para atraer nuevos inversores.
Por su parte, las acciones de crecimiento son emitidas por empresas muy interesadas en expandirse en el mercado, como las grandes tecnológicas, que requieren de grandes inversiones a nivel interno para conseguir su objetivo. A cambio, lo que obtiene el inversionista es una revalorización de sus acciones en el mercado.
Ventajas de invertir en acciones que dan dividendos
Este tipo de inversiones permiten disfrutar de ingresos pasivos, porque se obtiene rentabilidad de las acciones sin necesidad de tener que venderlas. Además, los ingresos se perciben de manera periódica una o varias veces al año.
Por otro lado, las empresas que pagan dividendos son aquellas que tienen una mayor estabilidad financiera, con flujos de caja positivos y un historial de rentabilidad. Esto implica una disminución del riesgo para los inversionistas y que el valor de mercado de las acciones sea menos volátil.
Incluso en momentos en los que el mercado está a la baja o hay recesión, las acciones que pagan dividendos proporcionan un retorno positivo de la inversión, aunque el precio de estas haya caído.
Invertir en acciones que pagan dividendos es una buena elección. Porque brinda la posibilidad de obtener ingresos pasivos asumiendo un riesgo moderado. Sin embargo, para tener éxito, es importante escoger empresas que tengan solidez financiera y un historial positivo de reparto de dividendos, para lo que es interesante contar con ayuda especializada.