Spotify sigue dando motivos para mantener en alerta a la industria musical. El gigante sueco del streaming acaba de afrontar su centésima controversia por la relación del precio de la plataforma con lo que cobran los artistas por reproducciones, una situación complicada dentro de la realidad, pero además la empresa puede dar un paso clave para mantener la distancia con sus competidores, a pesar del crecimiento y las innovaciones de plataformas como Tidal, Amazon Music o Apple Music.
En diciembre de este año, según han adelantado desde Bloomberg, la plataforma podría cumplir con la vieja promesa de lanzar una versión de alta fidelidad a finales de este año. Si bien el proyecto está pensado para melómanos muy particulares, es decir, la clase de persona que gasta cientos de euros en el equipo de sonido de su reproductor de vinilos. El servicio costará unos 17 euros, y desde la empresa parecen entender que apunta a un público mucho más especializado.
Es una buena noticia para los artistas, que tienen años pidiendo a la empresa sueca una decisión como esta. Es bueno recordar que figuras tan variadas como Neil Young, Jack White o Taylor Swift han tenido problemas con la empresa por la calidad del audio. Por tanto, aunque no arregla el problema de pago de regalías a los artistas, y en particular lo mucho que el modelo de la plataforma castiga a los artistas nuevos y de media tabla, es al menos un paso interesante en cuanto a la relación de la plataforma con la música después de mucho tiempo enfocándose en podcast y en los últimos meses incluso en video, lo que hace de esta decisión una rama de olivo interesante.
La otra posibilidad, aunque ni Bloomberg ni Spotify lo plantean, es que las canciones reproducidas en este nuevo servicio más costoso generen algo más de regalías a los músicos. Por supuesto, no es una opción probable, pero sí es de esperar que las organizaciones de compositores de artistas de países como Estados Unidos o Reino Unido. Es una situación interesante, y que se puede sumar a las dificultades tecnológicas, y por un tiempo al poco interés de los usuarios, a los motivos por los que la decisión ha tardado tanto.
UN GOLPE EN EL HÍGADO DE SPOTIFY A TIDAL
Si uno de los competidores de Spotify puede salir especialmente afectado de esta decisión es Tidal. El servicio creado por Beyoncé, Jay-Z y Kanye West puede sufrir más que buena parte de la competencia, precisamente por qué su principal ventaja competitiva era la mayor calidad de la música en el servicio. Pero tanto el catálogo como los precios de la plataforma sueca eran mejores, lo que no les ha permitido crecer al precio esperado en su fundación. El hecho de no poder asegurar exclusivas, como lo hacían en un principio, cuando ‘The Life Of Pablo’ de Kanye y ‘Lemonade’ de Beyoncé se lanzaron exclusivamente en la plataforma.
Es una realidad que evitó que siguieran con su estrategia de competencia y que tuviesen un catálogo de exclusivas que les permitiera tener un nicho diferente del público. También es cierto que el servicio sigue siendo el que mejor paga a los artistas entre las plataformas de streaming musical, y que su mayor calidad de audio mantenía al menos a los más fanáticos cerca de la plataforma.
También es cierto que para justificar el pago de un servicio de mayor calidad hay que tener un equipo donde se pueda escuchar de forma correcta. No es menor, la mayoría de los audífonos donde los usuarios de Spotify, Tidal, Apple Music y demás competidores no son suficiente para notar la diferencia entre las dos versiones del mismo.
EL FUTURO DE LA INDUSTRIA NO ES SOLO EL STREAMING
También es bueno mencionar que los aumentos en las ventas de vinilo, que aún no llegan a su techo a pesar de las preocupaciones de los más pesimistas, y la música en vivo, siguen siendo mucho más rentables que los servicios de streaming. En esa realidad es importante que Spotify se mueva con pies de plomo, pues a pesar de su éxito ha hecho algunos enemigos poderosos en la industria que presume de haber salvado.
Pero también es evidente que a pesar de casos muy específicos como Taylor Swift o Drake, cada vez son menos los artistas que plantean sus lanzamientos con el único objetivo de atraer generar streamings. Esto apunta a que Spotify ya no es el único centro de la industria, lo que los pone en esta situación de intentar atrapar a un público de nicho algo más rentable.
