Asturias tiene varios pueblos recónditos y bonitos, entre los que se destaca Luarca. Este sitio está localizado en el occidente de la mencionada provincia y a unos 100 kilómetros de Oviedo. Es la capital del concejo de Valdés, uno de los más grandes, al mismo tiempo. Por otro lado, cuenta con cerca de 5000 habitantes y se puede disfrutar tanto del mar como de la montaña, algo que pocos lugares pueden presumir.
Se pueden observar aguas muy puras y de color turquesas a lo largo de sus playas, pero entre ellas se destacan unas por sobre otras. Una es el Portizuelo, la cual está conformada más por piedras que por arena. Cuenta con una primera zona de lugares rodados y pizarra rodeada por monte y prado. La segunda parte es de una piedra de tono rojizo que casi parece un paisaje digno del planeta marte.
Visitar Luarca marcará tu vida y forma de tomar vacaciones
Otro lugar es el puerto pesquero de Luarca, el cual luce perfecto y a todo color en donde sus visitantes quedan maravillados. Situado en las afueras del centro, es históricamente uno de los puertos más importantes del principado. Sin ir más lejos, su enorme extensión de barcos coloridos denotan que la actividad en el agua es lo principal del lugar, abasteciendo a las principales pescaderías.
Al salir de aquí del puerto podemos visitar el Barrio El Cambaral, a metros del puerto pesquero. Más allá de sus calles estrechas y empinadas, en la zona más alta de allí se destaca la Mesa de Mareantes, un peculiar monumento erigido en homenaje al gremio de los marineros. La gastronomía es lógicamente rica en mariscos, en donde los visitantes quedan maravillados al probarlos.
Luarca enamora también con su belleza visual
El Faro de Luarca y la Capilla del Atalaya también son muy populares entre los visitantes. El ascenso por el barrio del Carambal termina en lo alto de una colina con vistas muy lindas sobre la propia localidad. La Capilla de la Atalaya o Ermita de la Virgen de la Blanca son un conjunto monumental ubicado al borde del acantilado y visible casi desde cualquier punto de la localidad. Un plan diferente para la familia o una velada romántica.
Con una gran historia por detrás cerramos el recorrido por Luarca. Volvemos al puerto y continuamos nuestro recorrido cruzando el río Negro por el llamado el Puente del Beso. Aquí hace siglos se dice que los pescadores se despedían de sus amadas justamente besándose y a los abrazos, ya que se ausentaban durante largas semanas para llevar comida a casa. Asturias nunca deja de sorprendernos.