Los usuarios de la alta velocidad de Barcelona el día de ayer se dieron una sorpresa al pasar por la entrada de la estación de Barcelona-Sants. La plaza que está al frente estaba llena de maletas moradas del color de Cabify con un mensaje más que claro para subrayar el tiempo de espera de los viajeros que llegan a la ciudad. «Llegar en tren de alta velocidad y tener que esperar para salir de Sants» y «La normativa no nos deja darte el servicio que te mereces» han sido los mensajes más comunes, que recuerdan la decisión de la ciudad de expulsar a la aplicación.
El mensaje es claro, que Cabify y las VTC como Uber o Bolt pueden ser una respuesta para los problemas de transporte de la Ciudad Condal. Cabify, al igual que organizaciones como Movea, han señalado una y otra vez el problema que perciben en la ciudad, asegurando que el sistema del transporte actual no se da abasto y que sobre todo en zonas y fechas de alta presión hay espacio para las nuevas aplicaciones de transporte en la ciudad. A esto se suma que el unicornio español nunca ha tenido problemas en señalar las normativas del Gobierno alrededor de estas aplicaciones.
Esto no quiere decir que todo el mundo haya celebrado el nuevo anuncio de la empresa de transporte. Desde que se pusieron las maletas en la puerta de la estación, que, según explica la empresa, siempre fue pensada para estar allí tan solo unas pocas horas, los taxistas, representados por Elite Taxi, se presentaron para hacer presión y además llamarón a la policía para pedir los papeles y confirmar que Cabify tuviera los permisos para la instalación publicitaria en el sitio.
Además, como lo comenta directamente Tito Alvaréz, portavoz de Elite Taxi, no todas las partes interesadas comparten con Cabify el argumento de los tiempos de espera en la estación de Sants. Según su explicación, con o sin VTCs no hay un acceso fácil para que los coches puedan recoger a los viajeros, pero, sin embargo, según la aplicación de transporte, realmente el problema se debe al aumento de viajeros en la alta velocidad los últimos años de la mano de la liberalización del sector, así que la empresa defiende que parte del problema es que no hay capacidad para atenderlos a todos.
CABIFY Y SU COMPLICADA REALIDAD EN BARCELONA
Lo cierto es que la empresa de transporte no está en una situación demasiado cómoda en la ciudad condal. No es solo que entre el Gobierno y los taxistas de la ciudad han hecho lo posible por expulsar a Bolt, Cabify y Uber de los trayectos urbanos, y aunque se siguen viendo VTCs en la ciudad, de momento los taxistas han conseguido la promesa de una ley en la comunidad autónoma, lo que ha sido un golpe complicado para la empresa, que ahora se suma a una decisión de la Comunidad de Madrid, otro espacio clave para Cabify, de controlar los precios, hay motivos para nervios recientes en la empresa.
Pero en el caso de Barcelona lo cierto es que no parecía que hubiese vuelta atrás. La relación del Gobierno de la Generalitat con las nuevas aplicaciones de transporte nunca ha sido positiva, y dado que Elite Taxi muestra una cercanía importante con el PSC, no parece que la realidad vaya a cambiar. Por tanto, es normal que la apuesta de la plataforma sea intentar poner la opinión pública de su lado.
Además, es fácil pensar que la empresa seguirá aplicando estrategias de publicidad similares. Ya lo hicieron cuando se vence la moratoria del famoso «decreto Abalos» cuando presentaron una Valla publicitaria que revelaba la cantidad de viajes que se hacían en la aplicación desde y hacia el ministerio de Transportes, lo que generó varios comentarios desde el Gobierno, pero que también hizo que la empresa fuera de las más comentadas en redes sociales, y la apuesta de Sants es similar.
LA IMPORTANCIA DE MANTENER UNA OPINIÓN PÚBLICA FAVORABLE
La realidad es que la empresa española ha entendido que con una parte del Gobierno atacando de forma constante su modelo de negocio, este tipo de apuestas son importantes. Solo hace falta revisar las redes sociales o los medios de comunicación para notar la cantidad de personas que se quejan del funcionamiento de este tipo de empresas.
Al mismo tiempo, están promocionando últimamente proyectos clave, como los de la electrificación, que pueden ayudar a mejorar la situación. De todos modos, lo de Sants es solo un ejemplo más de su compleja realidad, y de las campañas de la propia Cabify para intentar resolver esta situación.