En el mundo de las carreteras y la vigilancia del tráfico, los pórticos se han convertido en un elemento omnipresente y, en ocasiones, temido por los conductores. Estos imponentes estructuras metálicas, con sus paneles luminosos y cámaras de vigilancia, han despertado la curiosidad y el escrutinio de quienes transitan las vías. Sin embargo, no todos los pórticos albergan radares de la Dirección General de Tráfico (DGT), y es aquí donde entra en juego un truco sencillo pero efectivo que te ayudará a descubrir si te enfrentas a un dispositivo de control de velocidad o no.
1Los pórticos: Centinelas de la DGT en las carreteras
Los pórticos son una de las estructuras favoritas de la DGT para colocar sus radares fijos de velocidad. Su ubicación estratégica les confiere una excelente visibilidad de todos los carriles y en ambos sentidos, además de contar con la instalación eléctrica necesaria para el funcionamiento de estos dispositivos. Sin embargo, no siempre que veas un panel luminoso de la DGT habrá detrás un radar activo.
Estos imponentes pórticos se han convertido en un elemento recurrente en las carreteras españolas, alzándose como centinelas vigilantes sobre el tráfico. Su diseño robusto y su posición elevada les permiten tener un control visual completo de la vía, lo que los convierte en el lugar idóneo para albergar los dispositivos de control de velocidad de la DGT.