Si lo que se busca es paz y tranquilidad, no hay nada mejor que un retirado pueblo español, en donde la vorágine de las grandes ciudades quedan totalmente a un lado. En este caso hablaremos de Albarracín, en donde vas a retroceder en el tiempo por su aire medieval y las murallas que lo rodean, haciéndote sentir en una película de Hollywood por su estructura tan llamativa.
Hay varios rincones encantadores para visitar en este modesto pero hermoso pueblo, pero todo dependerá de tus planes. Es que no será lo mismo armar una lista si decides ir allí de vacaciones; a tener planes en mente si solo acudes durante un fin de semana. Es por eso que te brindaremos diversos planes, recorridos y muchas otras ideas para que conozcas cada detalle.
El pueblo de Albarracín cuenta con el Río Tajo, ¡El más largo de España!
El nacimiento de este río nace en Aragón, provincia en donde se encuentra este encantador pueblo. El Tajo es el río más largo de todo el territorio español y lo atraviesa de este a oeste, recorriendo más de 1000 km hasta su desembocadura en Lisboa. Nos toparemos con él casi en las afueras de Albarracín, el cual es ideal para montar un picnic a su alrededor y pasar un día totalmente distinto.
Ahora bien, si regresamos al pueblo y precisamente a su casco histórico, notaremos fácilmente que el mismo está rodeado de grandes murallas, ¿A qué se debe? Como dijimos al principio, Albarracín fue construido durante la época medieval española, en donde las invasiones por parte de Francia y musulmanes estaban a la orden del día. Por ende, un sistema común de defensa o resguardo era montar altos muros, para impedir el paso de todo extraño y con malas intenciones al lugar.
El centro y casco histórico de este pueblo te cautivará
Como se observa en la imagen, las personas se amontonan en las calles de Albarracín mientras almuerzan al mediodía. Rodeados de grandes estructuras edilicias, todo el que visite el lugar quedará encantado por la tranquilidad que emana. Un dato a tener en cuenta es que debes portar unos zapatos cómodos, ya que las calles son empedradas y con empinadas cuestas, algo que hará doler un poco tus piernas.
Mientras disfrutas del paseo por los rincones de este pueblo, podrás contemplar los numerosos sitios históricos como la Catedral del Salvador, la iglesia de Santa María, el Palacio Episcopal, la Casa de la Julianeta, la calle Azagra, la Torre Blanca o el Museo Diocesano; en donde un guía turístico puede irte explicando el origen y curiosidades de cada uno. Algo distinto, barato y bello al alcance de tu mano.