Lo que empezó como un rumor cada vez parece más real, y las filtraciones recientes apuntan a que este verano Nintendo puede hacer el anuncio de la sucesora de la Switch, la Switch 2, con la que esperan competir con las próximas consolas de Sony, la PlayStation 6 que también se espera pronto, o la nueva Xbox de Microsoft, que aún no tiene nombre. Es que se acerca el final del ciclo generacional de las consolas, y es evidente que la empresa nipona necesita algunos cambios para seguir compitiendo con los demás.
Es que a pesar del éxito de la Switch no hay duda que está en un nivel distinto en cuanto a poder de procesamiento que sus rivales. Como es normal, Nintendo ha decidido apostar por la innovación en la jugabilidad, aunque esta les obligase a sacrificar parte de la capacidad gráfica del nuevo artilugio. Fue una decisión que tomaron con la Wii, la Wii U, y con la Switch. De hecho, la nueva consola parece ser la primera vez que en una nueva generación la empresa se reduce a mejorar el modelo previo.
Es que mientras se espera el anuncio de la empresa, es evidente que de momento se espera una mejor calidad de imagen, una pantalla táctil más grande que acompaña la consola y una renovación de los controles. Lo cierto es que es complicado pensar en una gran renovación del Switch tras su éxito comercial y sobre todo por el fracaso que representó la mutación de la Wii a la Wii U.
UN ANUNCIO EN MEDIO DE BUENOS NÚMEROS PARA NINTENDO
Nintendo registró un beneficio neto atribuido de 408.041 millones de yenes (2.553 millones de euros) en los nueve primeros meses de su año fiscal, que concluirá el próximo 31 de marzo, lo que supone un avance del 17,9% respecto del resultado contabilizado por la compañía japonesa en el mismo periodo del ejercicio anterior.
Las ventas netas entre abril y diciembre de 2023 sumaron 1,394 billones de yenes (8.720 millones de euros), un 7,7% por encima de la cifra del ejercicio anterior.
Por áreas geográficas, los ingresos de Nintendo en Japón disminuyeron un 2,9% en el periodo, hasta 297.264 millones de yenes (1.860 millones de euros), mientras que aumentaron un 10,2% en América, hasta 611.766 millones de yenes (3.828 millones de euros) y un 8,2% en Europa, hasta 349.108 millones de yenes (2.185 millones de euros).
En los nueve primeros meses de su año fiscal, Nintendo vendió 13,7 millones de unidades de su consola Switch, un 8% menos que en el mismo intervalo del ejercicio precedente.
De cara al cierre de su ejercicio el próximo 31 de marzo, Nintendo ha revisado al alza su previsión de resultados del pasado noviembre y ahora confía en alcanzar unas ventas netas de 1,63 billones de yenes (10.200 millones de euros), lo que supone una mejora del 3,2% respecto de su anterior pronóstico y del 1,9% respecto de los ingresos del ejercicio anterior.
Asimismo, la multinacional confía en que su beneficio neto atribuido anual será de 440.000 millones de yenes (2.753 millones de euros), un 4,8% más de lo que esperaba en noviembre y un 1,7% por encima de su resultado del ejercicio 2022/23.
En cuanto a las ventas de Switch, el fabricante japonés ha revisado al alza sus expectativas de ventas y ahora espera comercializar en todo el año 15,5 millones de unidades de la videoconsola, frente a la estimación anterior de unos 15 millones.
UNA GENERACIÓN DE CONSOLAS QUE SE ACABA
Lo cierto es que la llegada de la Switch 2 también demuestra el final de una etapa para el mercado de los videojuegos. El final de una «generación» de consolas muchas veces es una oportunidad de la innovación, pero también es claro que esta vez ninguno de los tres grandes planea una revolución en cómo plantean el negocio, reduciendo el nuevo lanzamiento a un nuevo motor gráfico.
La innovación queda en manos entonces de los desarrolladores. El futuro de la industria parece que será mucho más digital, pero es aún complicado adivinar los detalles. En el medio de todo está Nintendo, que esta vez no parece dedicada a transformar la tecnología de la industria.