Hay muchas películas que tratan del cine visto desde dentro del cine. Películas que nos cuentan como es el proceso de creación del cine, como viven las estrellas o como fue el rodaje de tal película. Una temática utilizada ya tantas veces que casi convierte a este tipo de films en un subgénero. Por este motivo, vamos hablar de una de las grandes obras del cineasta francés François Truffaut, ‘La noche americana’. Un film que para muchos es el que mejor recoge esta temática.
Vamos a recordar esta película ahora que se han cumplido 50 años desde que ganara el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Fue un film francés, claro esta, dirigido por uno de los principales representantes de la teoría del cine de autor y del movimiento llamado la nouvelle vague. Truffaut que quiso con esta obra hacer un gran homenaje al cine, la pasión de su vida, y a la forma con la que se crean las películas. También fue un actor reconocido, protagoniza el propio film y aparece en películas como ‘Encuentros en la tercera fase’.
ARGUMENTO Y RODAJE
La película retrata la pasión de un director por su trabajo y por el proceso de creación de una película. La obra nos muestra muchos aspectos de esa creación y ese ambiente que se genera en un rodaje, con especial atención a mostrar la vulnerabilidad y las inseguridades que muestran muchas estrellas y actores de cine. «Un film que trata de dar respuesta a las preguntas que tiene el público de como son los procesos dentro de un rodaje y lo que pasa dentro de el», según contaba el propio director.
Como dato curioso el nombre, que realmente no tiene mucho que ver con el desarrollo del film, pero es un homenaje al proceso creativo y a los oficios del cine. La noche americana no deja de ser «simplemente» una técnica de rodaje, en la que se rueda una escena nocturna durante el día utilizando una serie de filtros.
A través del guion los espectadores se meten poco a poco a ver como es el rodaje de una película. Allí asisten al día día de la grabación: cambios de guion, contra tiempos de la producción, dudas de los actores, todos los problemas, errores y aciertos que este tipo de trabajo y negocio tienen en su desarrollo. Además, la obra es una clase magistral sobre los diferentes oficios que hay en el cine y como se organizan los distintos departamentos que intervienen en una producción cinematográfica.
Al frente de todo esto esta el director. Que en el film es interpretado por el propio François Truffaut. Junto al también trabajan Jean-Pierre Léaud, uno de los actores que más trabajo con Truffaut, que se vio rodeado por dos actores veteranos como eran Jean-Pierre Aumont y Valentina Cortese que fue nominada al Óscar como mejor actriz de reparto por su interpretación de Severine, una diva veterana que olvida su papel.
Y por supuesto una de las estrellas incipientes del cine francés y uno de los rostros más bellos de la gran pantalla en su historia, Jacqueline Bisset, que interpreta a una joven actriz americana que acude al rodaje a unos estudios de Niza.
En esa ciudad francesa es donde precisamente se rueda la película gracias a un gran decorado abandonado que encontró el propio director y mando reparar. Para la banda sonora Truffaut utilizó a Georges Delerue, con el que llegó a trabajar en 7 películas más. Para el compositor posiblemente se trato de su trabajo más reconocido.
El film a pesar de ser un melodrama lleno de lugares comunes utiliza un tono bastante amable pero con diversos matices y tintes ácidos. Incluso el director incluyó alguna escena de cama con un tono de humor. Truffaut quiso hacernos ver el cine como la vida misma y a la vida como una película de cine y ciertamente lo consiguió.
La obra fue un éxito de taquilla y crítica en Francia, aunque con algún roce con varios periodistas y críticos franceses. Ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1974, pero optó a otros tres en 1975. Los tiempos para optar a las diferentes categorías eran diferentes en aquella época. Esas nominaciones fueron: al mejor director, a la mejor actriz de reparto (Valentina Cortese) y al mejor guion original. Pero compitió en todas ellas contra ‘El padrino 2’, con un Coppola exultante y vencedor.
El director galo hizo con ‘La noche americana’ un gran homenaje al arte de la cinematografía y contó como se rueda un film sin desmitificar el proceso. Fue la única ocasión que Truffaut fue nominado, nueve años después el cineasta murió en París a causa de un tumor cerebral.