Buscando un lugar ideal para las vacaciones, muchos optan por visitar alguna isla, siempre y cuando esto aparezca dentro de sus posibilidades monetarias. Es que no da lo mismo subirse a un coche e instalarse en un hotel a montar un avión para desembarcar en dicho lugar. No obstante, un sitio que gana cada vez más popularidad entre los turistas es la isla de Sálvora, un lugar increíble.
Esta es la menos conocida de las demás islas que integran el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. No obstante, justamente eso le da su encanto, en donde su flora y fauna, patrimonio histórico y leyendas urbanas hacen que sea un sitio ideal para visitar, ya sea en familia, con amigos o hasta en soledad, despegándote del mundo.
La increíble historia que envuelve a la isla de Sálvora
El sitio ganó popularidad hace pocos días, cuando el afamado períodico inglés The Sun publicó en su sitio una nota sobre Sálvora, en donde le recomienda a sus lectores visitarla y aprender todo de ella. Sin ir más lejos, al sitio lo rodea una leyenda urbana digna de una película de Hollywood; en donde piratas, sirenas y hasta vikingos supieron admirar este bonito sitio a 10 minutos de la plataforma terrestre.
El artículo describe que la isla de Sálvora fue utilizada como refugio de piratas entre los siglos XVI y XIX, antes de la aparición de los vikingos que luego vivieron allí. Durante este período, fue propiedad de la familia Mariño y la leyenda indica que el primer hijo era descendiente de un caballero romano y una sirena, los cuales se enamoraron tras haberse conocido en el archipiélago, ¡Fabuloso!
¿Qué se puede observar en la isla de Sálvora?
Esta isla, más allá de su historia mágica posee unos paisajes sencillamente espectaculares. Si bien durante gran parte de la historia fue privada, desde el 2008 que está abierta para todo el público, aunque nadie vive allí. La antigua aldea de Sálvora es un complejo muy popular, al cual solo se puede acceder mediante una visita guiada. Allí dentro hay ocho casas y dos fuentes de agua potable, en donde el último habitante fijo del lugar se marchó en 1972, tras el cierre de una de las fábricas.
Otro espacio encantador de la isla es la Capilla de Santa Catalina, que en un principio era una taberna de marineros, pescadores y navegantes foráneos que faenaban. Cerca de 1960 se transforma en edificio religioso tomando el nombre de la patrona de la isla y a pocos metros lo alumbra el Faro de Sálvora, construido en 1852 y que guía ese sitio durante 1.5 kilómetros. Si lo que deseas es pisar unas playas hermosas y con historia, este islote sin dudas es para ti.