El sofrito es la base de muchos platos tradicionales en la cocina mediterránea y más allá. Es el primer paso para infundir sabor en el arroz y otros guisos, añadiendo profundidad y complejidad a cada bocado. A continuación, aprenderemos a prepararlo paso a paso, discutiremos sus variaciones, con qué platos debemos utilizarlo y los mejores acompañamientos para disfrutar de este clásico de la cocina.
Antes de ir con la receta, hay que decir que el sofrito tiene sus raíces en la cocina mediterránea, donde se ha utilizado durante siglos para realzar el sabor de diversos platos. Se cree que los romanos fueron los primeros en utilizar una combinación de aceite, ajo y hierbas aromáticas para condimentar sus alimentos.
Con el tiempo, el sofrito evolucionó y se adaptó a las diferentes regiones y culturas. En España, por ejemplo, se incorporaron ingredientes como cebolla, pimiento y tomate para crear el famoso sofrito español, una mezcla rica y sabrosa que forma la base de muchos platos tradicionales, incluido el arroz.
Vamos a ver cómo prepararlo adecuadamente.
1Así se debe preparar el sofrito para el arroz
Ingredientes:
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cebolla grande, picada finamente
- 1 pimiento rojo, picado finamente
- 2 dientes de ajo, picados finamente
- 2 tomates maduros, rallados
- Sal al gusto
- Pimienta negra recién molida
- Opcional: una pizca de azúcar (para contrarrestar la acidez del tomate)
Instrucciones:
- Calienta el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio.
- Añade la cebolla y el pimiento picados y cocínalos lentamente hasta que estén tiernos y caramelizados, aproximadamente 10-15 minutos.
- Agrega el ajo picado y cocina durante otros 2 minutos, revolviendo constantemente para evitar que se queme.
- Incorpora los tomates rallados y cocina el sofrito a fuego lento durante unos 15-20 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que los tomates se hayan deshecho y la mezcla esté espesa y fragante.
- Sazona el sofrito con sal y pimienta al gusto. Si los tomates están demasiado ácidos, añade una pizca de azúcar para equilibrar los sabores.
Este sofrito casero aportará un sabor excepcional a tu arroz y otros platos. Además, puedes hacer una gran cantidad y congelarlo en porciones individuales para tenerlo siempre a mano cuando lo necesites.