Como era de esperarse, a pesar de las esperanzas locales e internacionales puestas sobre María Corina Machado la dictadura venezolana ha vuelto a complicar la realidad del juego político del país latino. La inscripción a última hora de Manuel Rosales por el partido Un Nuevo Tiempo (UNT) para las elecciones pautadas para el próximo 28 de julio ha servido para crear una nueva grieta en una oposición democrática que tras el fracaso de las protestas de 2019 para derrocar al Gobierno apenas había conseguido volver a articularse como fuerza política real.
Pero Manuel Rosales no es realmente una novedad en el tablero. Aunque fuera del territorio venezolano puede no ser un nombre demasiado conocido, ha estado inmiscuido en la vida política desde hace décadas y de hecho ya fue candidato presidencial en 2007, cuando fue derrotado por Hugo Chávez en las elecciones. Es visto además como una figura incómoda y demasiado cercana al chavismo para varios sectores de la oposición, por cómo se manejó para volver al país tras su exilio, mantener el cargo en la gobernación del Estado Zulia y en este caso por la forma en que inscribió su candidatura.
Después que María Corina Machado, la candidata elegida por la oposición en las primarias del mes de octubre, anunciará a la académica Corina Yoris, la líder opositora denunció que no se le permitía inscribir un candidato para la elección en el sistema digital del CNE el partido UNT pudo hacer su inscripción en la madrugada del 25 de marzo. A pesar de las preguntas de periodistas en rueda de prensa, Rosales no quiso explicar por qué a él se le permitió inscribirse y no a la candidata de la unidad.
Pero dentro del país ha conseguido algún apoyo. Rosales ha podido mantenerse como Gobernador del Zulia, mientras otros políticos opositores han sido expulsados de su cargo por su disposición a reunirse con el chavismo. Ha sido además una de las figuras predilectas de los empresarios venezolanos, que llevaron la reunión de Fedecámaras, la principal patronal empresarial venezolana, a su estado en 2023 y lo invitaron a dar una alocución durante la misma. Hay que decir que es una Fedecámaras muy diferente a la que protagonizó la oposición de 2002, y que invitó a Delcy Rodríguez a su reunión anual en 2021.
LA PRESIÓN INTERNACIONAL DA OXÍGENO A LA CANDIDATURA DE MACHADO
Para bien o para mal, Rosales no es la única candidatura real de la oposición, lo que podría dividir los votos en una elección y permitir que Maduro gane con una minoría. Gracias a una «prórroga» informal, como lo explica en redes el periodista experto en elecciones venezolanas, Eugenio G. Martínez, pudieron inscribir al diplomático Edmundo González, de forma de cuidar el puesto y seguir negociando para intentar escribir a la candidata elegida por Machado.
Sobre esto, Rosales no ha dado declaraciones. El zuliano sí ha dicho que su tarjeta está en manos de la plataforma unitaria, pero no ha querido expresar directamente que está dispuesto a renunciar a su candidatura ni en la rueda de prensa posterior a su inscripción ni en los días posteriores cuando se supo la noticia de que la unidad había podido inscribir otro candidato. De momento la tensión se mantiene, aunque hay tiempo de que la oposición llegue a algún acuerdo en los próximos días.
LA PRESIÓN INTERNACIONAL VIENE DE LA IZQUIERDA
Los gobiernos de Colombia, Brasil, Chile, Guatemala y España, aunque las declaraciones del canciller Jose Manuel Albarés son algo tibias, han criticado la evidente presión del gobierno de Nicolás Maduro para evitar la candidatura de Machado de la candidata señalada por ella. Es una novedad, aunque los comunicados de Argentina y Uruguay eran esperados un rechazo tan completo de los presidentes de la izquierda sudamericana, es una novedad incluso para el impopular gobierno de Maduro.
Es otra señal de por qué el chavismo necesita una figura como Manuel Rosales o similar para las elecciones: El reconocimiento internacional. Es necesario para que el gobierno pueda conseguir que se levanten las sanciones de Estados Unidos y Europa, que han exigido unas elecciones democráticas para ello. Es una situación en la que el Gobierno necesita el espaldarazo de sus aliados ideológicos, y perderla puede poner a los europeos y a los estadounidenses en la obligación de mantener unas sanciones que quieren levantar por motivos económicos y petroleros.
¿PUEDE MANUEL ROSALES VENCER AL CHAVISMO?
Realmente la duda no es que Manuel Rosales sea capaz de vencer al chavismo, con una participación media, cualquier candidato distinto a Maduro que tenga el apoyo de la oposición le ganaría una elección. La duda real es si la forma de inscribirse termina quebrando a la oposición en dos partes, o más.
Existe además la variable de las inhabilitaciones. Es posible que si Rosales consigue organizar a la oposición a su alrededor y se perfila como posible ganador en las elecciones, termine también inhabilitado. Esto podría dejar al Gobierno en la posición de volver a asumir las sanciones al romper de todo los acuerdos firmados en Barbados, pero la dictadura también ha demostrado que está dispuesta y capacitada a sobrevivir en situaciones extremas.