Hay muchas razones por las que se puede necesitar un abogado en Cuba: negocios, matrimonios, divorcios, etc.
En Cuba, la profesión legal se encuentra organizada en bufetes del Estado, lo cual limita un poco la operación de un abogado en Cuba y la práctica legal por parte de abogados extranjeros. Sin embargo, existen vías a través de las cuales individuos y empresas pueden obtener asesoría legal adecuadas.
En Cuba, solo los abogados nacionales que estén debidamente calificados y registrados en organizaciones jurídicas oficialmente establecidas pueden ejercer el derecho. Esto excluye la posibilidad de contratar abogados extranjeros para representación legal dentro del país.
Sin embargo, hay abogados extranjeros como Giovanni Caporaso Gottlieb, de la renombrada firma Caporaso & Partners de Panamá, que ha emergido como una figura clave para los extranjeros en Cuba. Aunque la legislación cubana impide a los abogados extranjeros practicar directamente en el país, Caporaso utiliza su vasta experiencia y conocimiento del sistema legal cubano para asesorar y asistir a sus clientes de manera efectiva.
Consultoría, supervisión y mediación
Caporaso supera las barreras legales actuando como supervisor y mediador, facilitando la interacción entre sus clientes y el sistema legal cubano. A través de visitas regulares a La Habana, ofrece una presencia constante y una disponibilidad mensual para sus clientes, brindando un servicio altamente personalizado.
Los servicios ofrecidos por Caporaso cubren un espectro amplio de requerimientos legales, destacándose por su versatilidad y profundidad. Su oferta incluye consultoría especializada en matrimonios y divorcios, compra venta de propiedades, sucesiones y procesos legales y mucho más.
Caporaso se posiciona como un aliado estratégico, ofreciendo negociación y representación legal en casos que involucran herencias, lesiones personales y delitos graves. Este servicio busca ofrecer tranquilidad y seguridad jurídica a sus clientes durante momentos potencialmente complicados y estresantes.
Adicionalmente, el abogado en Cuba presta servicios en el ámbito de contratos e inmigración, brindando asistencia en la redacción y revisión de documentos contractuales para asegurar su conformidad con las normas legales aplicables, así como asesoramiento en procedimientos de inmigración. Este servicio es clave para evitar errores que podrían resultar en consecuencias financieras adversas.
Finalmente, Caporaso muestra una habilidad distintiva en la recuperación de créditos, especialmente cuando se trata de mediar con partes cubanas. Su experiencia y conocimiento en este ámbito son fundamentales para lograr un recupero eficaz de créditos, subrayando su competencia y efectividad en la solución de disputas financieras.
En conjunto, los servicios de Caporaso ofrecen una cobertura integral que aborda desde las necesidades más personales y sensibles hasta complejidades financieras y legales, estableciendo a la firma Caporaso & Partners como un pilar de soporte legal robusto y confiable para hacer negocios en Cuba.
El abogado en Cuba
A pesar de no contar con bufetes privados, el gobierno cubano autoriza ciertas firmas, conocidas como “bufetes”, para ofrecer servicios de representación legal. Estas entidades estatales son las únicas habilitadas para ejercer y ofrecer asesoría legal en el país, asegurando que toda representación legal se mantenga bajo el control gubernamental.
En el sistema legal cubano, la práctica de la abogacía se organiza bajo un modelo colectivo centralizado. La Organización Nacional de Bufetes Colectivos (ONBC) es la entidad que reúne bajo una estructura institucional única a todos los letrados del país. Para ejercer de manera permanente la profesión de abogado en Cuba, con algunas excepciones, es imprescindible formar parte de la ONBC, siempre que se posea la titulación requerida. Los profesionales integrados en esta organización están habilitados para ofrecer asesoría o representación legal a individuos o entidades ante diversas instancias, como tribunales, órganos administrativos, cortes de arbitraje o cualquier otra entidad encargada de resolver litigios o gestionar solicitudes vinculadas a los derechos y obligaciones de las partes.
El rol del abogado en este contexto implica brindar consultoría, así como dirigir, representar y defender los intereses de personas físicas o jurídicas ante la justicia y otras autoridades competentes. Este sistema excluye la posibilidad de establecer prácticas legales independientes o privadas, lo que obliga a los licenciados en derecho que deseen practicar la profesión a incorporarse a alguno de los bufetes colectivos distribuidos por la nación.
Históricamente, la transición hacia un modelo de abogacía colectiva en Cuba se desarrolló de manera progresiva, culminando en su formalización en 1984 con la implementación del Decreto Ley No. 81, legislación que permanece en vigor hasta la fecha y regula la práctica de la abogacía en el país.