El ingrediente que hace que la sopa de ajo o castellana quede mucho más sabrosa

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La sopa de ajo, un plato reconfortante y delicioso, es un clásico de la cocina mediterránea que ha sido apreciado durante siglos por su sencillez, su sabor robusto y su capacidad para reconfortar el cuerpo y el alma. Sin embargo, el ingrediente que marca la diferencia y hace que esta sopa sea aún más deliciosa es el aceite de oliva virgen extra, conocido como el «oro líquido» de la cocina mediterránea.

En el texto que te dejamos a continuación exploraremos los orígenes, la historia, una receta paso a paso, variaciones creativas, opciones de maridaje y acompañamientos para la sopa de ajo, destacando el papel crucial que desempeña el aceite de oliva en su perfección.

Antes de enseñarte la receta y cómo utilizar el aceite para la sopa de ajo, hay que recordar que este plato, también conocido como sopa castellana, tiene raíces humildes que se remontan a la cocina campesina de la región de Castilla, en España. Originalmente concebida como un plato simple y económico, la sopa de ajo estaba destinada a alimentar a los trabajadores del campo y a proporcionarles calor y energía durante los duros meses de invierno.

Sopa De Ajo

La receta básica de la sopa de ajo consiste en pan duro, ajo, aceite de oliva y agua, con la opción de añadir huevos y especias según la disponibilidad y los gustos personales. Esta sencillez de ingredientes se convirtió en una característica distintiva del plato, que se ha mantenido a lo largo de los siglos.

Vamos a ver cómo se prepara en la siguiente página.

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El Papel del Aceite de Oliva Virgen Extra

El ingrediente estrella que eleva la sopa de ajo a nuevas alturas de sabor y textura es el aceite de oliva virgen extra. Este aceite, extraído de las aceitunas maduras mediante procesos mecánicos en frío, es conocido por su sabor frutado, su aroma fresco y sus numerosos beneficios para la salud.

El aceite de oliva virgen extra se utiliza en la sopa de ajo de varias formas:

  1. Sofreír el Ajo: El ajo se dora lentamente en aceite de oliva virgen extra, liberando su aroma y sabor, antes de añadir el caldo o el agua para la sopa. Este proceso permite que el ajo infunda el aceite con su sabor característico, que luego se distribuirá por toda la sopa.
  2. Emulsionar el Caldo: Al final de la cocción, se añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra a la sopa de ajo antes de servirla. Esto ayuda a emulsionar el caldo, creando una textura sedosa y un brillo tentador en la superficie de la sopa.
  3. Acabado Final: Antes de servir, se rocía un poco más de aceite de oliva virgen extra sobre la sopa caliente como toque final. Este gesto no solo añade un sabor adicional, sino que también realza la presentación del plato.
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