Aumentar el rendimiento de los cultivos es un objetivo crucial por varias razones. Podría pensarse que se trata únicamente de aumentar los beneficios de las empresas agrícolas, pero la motivación económica, totalmente legítima, no es más que la punta del iceberg.
Empecemos por el problema más acuciante: el crecimiento demográfico. Actualmente, según datos de la web Worldmeter, la población mundial ronda los 8.000 millones; según las proyecciones de la ONU, en 2030 los habitantes del planeta Tierra serán unos 8.500 millones. En 2050, esta cifra aumentará a 9.700 millones; el pico se espera para 2080, con 10.400 millones de personas. Se prevé que esta cifra se mantenga estable hasta 2100.
Es evidente que el aumento de la producción agroalimentaria es un objetivo ineludible si no se quieren crear graves desequilibrios sociales.
Aumentar el rendimiento de los cultivos es también de gran importancia en términos de sostenibilidad medioambiental.
Permite satisfacer la demanda de productos agroalimentarios sin necesidad de convertir grandes extensiones naturales en tierras cultivables. De hecho, una forma de aumentar la producción es deforestar tierras y explotarlas para el cultivo. Hacerlo, sin embargo, genera daños medioambientales nada desdeñables. Además, en los lugares en los que aún queda tierra cultivable, la amenaza de la creciente urbanización se cierne sobre ellos. Por tanto, aumentar el rendimiento en suelos ya disponibles conserva los ecosistemas.
El aumento del rendimiento de los cultivos es también un arma con la que combatir los efectos negativos del cambio climático. Es innegable que el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor prolongadas, periodos de sequía, inundaciones, precipitaciones excesivas y especialmente violentas, etc., tiene consecuencias negativas sobre la producción agrícola. Si se aumentan los rendimientos, es posible, al menos en parte, compensar las pérdidas causadas por los fenómenos meteorológicos extremos.
Incrementar el rendimiento de los cultivos: técnicas innovadoras
Nos encontramos en plena era digital, y en los últimos años se han producido notables avances tecnológicos en todos los sectores, incluida la producción de maquinaria agrícola. Un ejemplo por excelencia es Deutz-Fahr, uno de los principales fabricantes mundiales de tractores, cosechadoras y máquinas henificadoras de última generación.
De especial interés son las soluciones de smart farming (agricultura inteligente), un conjunto de sofisticadas herramientas y tecnologías que pueden aplicarse a diversos procesos agrícolas, logrando varios objetivos: mejorar la producción, minimizar el impacto medioambiental y elevar los estándares de calidad de los productos agroalimentarios.
Gracias a estas soluciones de hardware y software, las empresas pueden realizar todas las operaciones de cultivo con mayor rapidez y precisión, optimizando así la producción y maximizando la rentabilidad.
Veamos algunas de estas tecnologías innovadoras.
Aplicaciones de guiado por satélite
Las aplicaciones de guiado por satélite son sistemas de guiado automático de tractores y cosechadoras. Gracias a ellas, se pueden ahorrar valiosos recursos y aumentar los rendimientos. Permiten realizar las labores agrícolas con gran precisión y eficacia; gracias al procesamiento previo de los mapas del terreno, el operador puede realizar un guiado especialmente preciso de las trayectorias de trabajo incluso en condiciones de trabajo subóptimas. La mayor precisión permite menos pasadas, un uso más selectivo de fertilizantes y pesticidas, y también un menor esfuerzo físico por parte de los operarios, en beneficio de su mayor concentración en el control del vehículo. Ejemplos de aplicaciones de guiado por satélite son los receptores de satélites GNSS y la dirección eléctrica.
Sistemas de gestión de flotas
La gestión de un gran número de máquinas agrícolas puede resultar compleja, con la consiguiente pérdida de productividad; sin embargo, los programas informáticos de gestión de flotas (Fleet Management) vienen al rescate. Gracias a ellos, es posible acceder a los datos de las distintas máquinas y analizarlos en tiempo real, lo que permite ajustar la configuración de los distintos vehículos, optimizar el uso de los productos (por ejemplo, fertilizantes y pesticidas) y evitar la repetición de las mismas rutas, con el consiguiente ahorro de tiempo.
Este software también permite la localización inmediata de todos los vehículos para gestionar mejor las operaciones logísticas. También se pueden controlar los niveles de combustible, el consumo, las horas de funcionamiento, la velocidad media mantenida, etc. Todos estos datos permiten realizar análisis muy precisos que también son útiles para detectar cualquier criticidad.
Sistemas de riego inteligentes
Los sistemas de riego inteligentes son sistemas capaces de recoger datos sobre las condiciones de humedad de las tierras cultivadas. Esto permite una gestión oportuna del riego, no sólo evitando el despilfarro de agua, sino también estresando los cultivos al permitir mayores rendimientos.
El protocolo ISOBUS
El protocolo ISOBUS es un sistema que permite la comunicación fluida entre tractores (u otra maquinaria agrícola) y equipos, independientemente del tipo de dispositivo y del fabricante. En esencia, se trata de un lenguaje «universal» que elimina las incompatibilidades entre equipos y dispositivos agrícolas de distintos fabricantes.
Es decir, un tractor que utilice este protocolo también puede comunicarse con equipos de distintas marcas si es compatible con ISOBUS.