El Papa ha defendido públicamente las bendiciones a parejas en situación de irregularidad canónica, entre ellas las del mismo sexo, al señalar que sirven para «mostrar la cercanía de la Iglesia», aunque ha matizado que se trata de un gesto «hacia la persona» que no precisa de una «perfección moral» por parte de los destinatarios.
«No se bendice la unión, sino simplemente a las personas que la solicitan», ha precisado el Papa al recibir en audiencia en el Vaticano a los participantes en la asamblea plenaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Citando la reciente declaración ‘Fiducia suplicans’ -que ha provocado en las últimas semanas posiciones divgergentes en el mundo católico-, Francisco ha señalado que «la intención de las bendiciones pastorales y espontáneas es mostrar concretamente la cercanía del Señor y de la Iglesia a todos aquellos que, encontrándose en situaciones diversas, piden ayuda para continuar -a veces para comenzar- un camino de fe».
«Quisiera subrayar brevemente dos cosas: la primera es que estas bendiciones, fuera de cualquier contexto y forma litúrgica, no exigen la perfección moral para ser recibidas; la segunda, que cuando una pareja se acerca espontáneamente para pedirlas, no se está bendiciendo la unión, sino simplemente a las personas que juntas las han solicitado», ha afirmado el Pontífice.
Sobre la negativa de algunos obispos africanos a aplicar las bendiciones de homosexuales, el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, el cardenal Víctor Manuel Fernández, reconoció en una entrevista con el National Catholic Register, que la sensibilidad cultural de los católicos africanos «es también una sensibilidad religiosa y espiritual en un sentido positivo». «Puede haber detalles que expresaríamos de modo diferente, pero el sentido de respetar la sensibilidad cultural de un lugar tan peculiar como África es algo que ciertamente compartimos», afirmó en este sentido.
Ante la plenaria del dicasterio de la Doctrina de la Fe, Francisco ha insistido en que no se válida «la unión» sino que se bendice a «las personas». Con todo, ha aceptado que estas bendiciones deben hacerse «teniendo en cuenta naturalmente el contexto, las sensibilidades, los lugares donde se vive y las formas más adecuadas para hacerlo».
Francisco ha reclamado a los miembros del Dicasterio del Vaticano de la Doctrina de la Fe, la primera y más antigua de las Congregaciones de la Curia Romana, heredera de la inquisición, a «reflexionar nuevamente y con mayor pasión sobre algunos temas», como por ejemplo «el anuncio y la comunicación de la fe en el mundo actual, especialmente entre las generaciones más jóvenes; la conversión misionera de estructuras eclesiales y agentes pastorales; las nuevas culturas urbanas, con su carga de desafíos pero también de nuevas cuestiones de significado».