El subdirector xeral de Gardacostas de Galicia, Lino Sexto, ha informado este miércoles de que la alerta por el vertido de pélets de principios de diciembre baja al nivel 1 al «descender notablemente» su incidencia.
Los técnicos del Plan Territorial de Contingencias por Contaminación Marina Accidental de Galicia (Plan Camgal) se han reunido para abordar la situación del vertido, analizando los últimos parámetros obtenidos.
En base a eso, ha explicado Sexto, puede confirmarse que la incidencia sobre la llegada de pélets «ha descendido notablemente, no llegando a las ratios mínimas recomendadas por organismos internacionales para su recogida».
Según ha explicado, en las observaciones continuas que se están realizando periódicamente en las playas de Galicia, «las densidades son mucho menores de 250 pélets por metro cuadrado», el método utilizado, ha apuntado, en Nueva Zelanda, y de los 3.000 pélets por operario y día, sistema utilizado en Sudáfrica, y también menos de los 500 mililitros de pélets por operario y día de Noruega.
Ha señalado además que la decisión de bajar el nivel de alerta será notificada a la Delegación del Gobierno en Galicia, ya que el nivel se subió «a petición suya». «Y salvo que manifieste una oposición, será efectiva esta misma semana», ha indicado.
Con todo, avanza que en caso de que vuelvan a existir criterios para subir el nivel, «así se hará».
En cuanto a las limpiezas que todavía se estaban llevando a cabo en las playas gallegas, ha remarcado que «lo importante es no causar más perjuicio que beneficio al ecosistema», para lo que deben ser «proporcionales» a la «situación real» de las costas.
Por eso, los técnicos proponen una «desescalada progresiva» de los medios de limpieza y vigilancia», aunque señala que se mantendrá la vigilancia constante «para reaccionar con la máxima rapidez si la situación cambiase».
El vertido de pélets que comenzó a llegar a las playas gallegas a mediados de diciembre procedía de un contenedor perdido por el buque ‘Toconao’ el 8 de diciembre, cuando cayó al mar frente a la costa portuguesa de Viana do Castelo.
Tras varias peticiones por parte del Gobierno central para subir la alerta al nivel 2, requisito para que la administración central facilitase medios de búsqueda, la Xunta acabó elevando la alerta el pasado 9 de enero.