Tener el vehículo sin pasar la correspondiente Inspección Técnica de Vehículos (ITV) puede acarrear graves consecuencias en caso de siniestro, tanto para el conductor culpable como para terceros implicados. Las compañías aseguradoras podrían no hacerse cargo. La ITV certifica que un coche cumple los requisitos de seguridad necesarios para circular. Por tanto, conducir sin tenerla al día supone un gran riesgo por la falta de garantías técnicas y mecánicas del automóvil. En este artículo analizaremos en detalle lo que puede ocurrir si se tiene la mala suerte de sufrir un accidente en esas condiciones.
1¿Qué es la ITV?
La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es una revisión periódica y obligatoria para todos los automóviles matriculados en España. Su razón de ser es garantizar que los vehículos que circulan por las carreteras cumplan con los estándares de seguridad y respeto al medioambiente. En la ITV se examinan más de 125 puntos distribuidos en 10 áreas diferentes: identificación, carrocería, luces, ejes, ruedas, motor, equipamiento auxiliar, emisiones contaminantes, sistema de frenado y campo de visión del conductor. Para ello, los técnicos realizan una inspección visual minuciosa, pruebas en bancos especializados y utilizan herramientas específicas. Al final se emite un informe con el resultado. Si no se supera, es necesario solucionar los problemas y volver a pasar la ITV en el plazo fijado. Los turismos deben pasar la ITV cada 2 años durante los 4 primeros y después anualmente.
