Desde que ‘Chicas Malas’ de Mark Waters estrenó hace 20 años han pasado varias cosas: Primero se hicieron normales las redes sociales, segundo su guionista, Tina Fey, y sus dos estrellas, Lindsay Lohan y Rachel McAdams se volvieron luminarias absolutas de Hollywood y en el caso de Lohan también de los tabloides y tercero en Broadway se puso de moda la idea de llevar al mundo de los musicales cintas clásicas y de culto.
Por eso la nueva versión de la historia llega a la gran pantalla de la forma en que llega, pero por fortuna esta reversión, más remix que remake, de la cinta de 2004 funciona igual de bien que su hermana mayor. Lo que sorprende es que esta nueva versión de ‘Chicas Malas’ no son los cambios tras 20 años, sino que entienda que hay cosas que deben mantenerse igual después de todo, mientras más cambian las cosas, más iguales se mantienen y las adolescentes no son tan distintos.
Con Tina Fey repitiendo en el guion, y ahora poniéndose al frente de la cámara, y los debutantes Samantha Jayne y Arturo Perez Jr en la dirección, la nueva película funciona tan bien como la original, repitiendo la misma historia, a su modo, y apuntando por un sentido del humor más caótico. También es verdad que reemplaza el sentido de ironía de la original por un mensaje y unas emociones mucho más directas, después de todo esta vez estamos ante un musical y su artificialidad obliga a la pieza a ser mucho más honesta.
La música de Jeff Richmond y Nell Benjamin, quienes vuelven tras el trabajo en la versión de Broadway, cumple con su labor. A medio camino entre Dua Lipa y Avril Lavigne la música de la cinta cumple con el objetivo de representar el pop que escuchan las adolescentes de Estados Unidos y esa primera rebeldía que asumimos alrededor de los 15 años. Es una buena banda sonora para la pieza, que además representa de buena manera el espíritu no solo de la película de 2004 sino del libro ‘Queen Bees and Wannabes’ de Rosalind Wiseman que inspiró la obra.
Pero aun así la readaptación no era una tarea fácil. Hay toda una generación de adolescentes que saben el nombre de Regina George, lo que puede pasar si creen que empujaste a alguien contra un autobús y, por supuesto, que pasó el 3 de octubre. Son momentos icónicos y complicados de llevar de nuevo a la gran pantalla sin tener que lidiar con demasiadas comparaciones.
UN ELENCO CON UNA TAREA DIFÍCIL
Pero por fortuna la cinta cuenta con 2 actuaciones centrales a la altura de la difícil tarea. Por un lado, Angourie Rice deja de momento su papel secundario en el universo Marvel para interpretar a Caddy Heron, la brillante estudiante que tras vivir por años con su madre en África aprende a enfrentar una jungla diferente y Reneé Rapp no solo es capaz de ponerse al nivel de McAdams, sino que su Regina es quizás aún más carismática y cruel. De hecho, quizás el único problema de la cinta es que para el incidente del autobús es difícil tener empatía con la villana.
El resto del elenco también cumple con la labor. Bebe Wood y Avantika completan a la perfección el trío de «plásticas» que gobierna la escuela, Tim Meadows es un buen ejemplo del tradicional cansancio de un profesor de mediana edad y la propia Tina Fey le da una humanidad a su personaje que sus estudiantes ignoran durante buena parte de la cinta. Mención aparte merecen las nuevas versiones de Janice, (Auliʻi Cravalho), y Damian, (Jaquel Spivey) que más de una vez se roban la cinta de sus protagonistas, al punto que la primera tiene quizás el mejor número musical de la película.
El caso difícil de explicar es el de Christopher Briney interpretando a Aaron Samuels. Es el personaje más aburrido del guion, después de todo existe idealizado por las dos protagonistas, pero cuando toca mostrar humanidad Britney cumple con lo que pide la obra, aunque sin demasiados puntos por encima del mínimo para aprobar.
‘CHICAS MALAS’ ESPERA POR SU TURNO EN TAQUILLA
La cinta cuenta con buenos presagios de cara a la taquilla, su estreno en España el próximo viernes es quizás la primera gran oportunidad para ir al cine en el año. Al menos la presencia de fanáticas del musical en el preestreno, todas vestidas de rosado, muestra que hay interés, pero será interesante saber si compran las entradas.
