Las verdaderas razones por las que OpenAI despidió a Sam Altman, el creador de ChatGPT

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Sam Altman emerge victorioso. Retorna a OpenAI después de su destitución por parte del consejo directivo, pero no regresa como un líder debilitado; al contrario, vuelve fortalecido. Durante su ausencia forzada, Altman dejó claro que contaba con el respaldo financiero de Microsoft, la segunda empresa más valiosa a nivel mundial. Esta posición le otorgó virtualmente un cheque en blanco para desarrollar proyectos según sus propios términos y contratar al personal que considerara necesario.

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Verdaderas razones por las que OpenAI despidió a Sam Altman

Apenas 24 horas después del caos desatado por la tumultuosa destitución y posterior recontratación de Sam Altman como CEO de OpenAI, ha salido a la luz uno de los factores clave que posiblemente llevó a su despido. Parece ser que horas previas a la decisión, la junta directiva recibió una carta que generó preocupación dentro de la empresa al revelar un descubrimiento que «podría representar una amenaza para la humanidad«.

Según informes de Reuters, el mismo día en que Sam Altman recibió un correo electrónico de la junta directiva que eventualmente resultó en su despido, Greg Brockman, presidente de OpenAI, también renunció. Este movimiento coincidió con la revelación de información recibida por la junta directiva unas horas antes, proveniente de un grupo de investigadores vinculados a un proyecto interno de la compañía llamado Q* (pronunciado como Q estrella). Este equipo había realizado un descubrimiento significativo que, según fuentes cercanas, planteaba una amenaza potencial para la humanidad.

El 16 de noviembre, durante la reunión del consejo directivo de OpenAI en la que se discutía el despido de Sam Altman, este se encontraba en una cumbre internacional, dedicado a lo que ha sido su enfoque principal durante el último año: abogar por la concienciación sobre los riesgos de la inteligencia artificial y la necesidad de una supervisión cuidadosa de su desarrollo, especialmente en un laboratorio como OpenAI.

La posibilidad de tomar esta decisión radicaba en que OpenAI Limited Partnership aún estaba vinculada a la organización sin fines de lucro OpenAI Inc. En el consejo, permanecían los tres miembros independientes sin acciones en la empresa, cuya responsabilidad era asegurarse de que el laboratorio trabajara en beneficio del bien común. Estos miembros eran Helen Toner, directora del Centro de Seguridad y Tecnologías Emergentes de Georgetown; Adam D’Angelo, fundador y CEO de Quora; y Tasha McCauley, ingeniera de la Rand Corporation.

En el otro lado de la mesa, estaban los tres votos de la dirección ejecutiva: Altman, Brockman y Sutskever.

De manera inesperada, los tres miembros independientes lograron persuadir a Sutskever para que despidiera a Altman y destituyera a Brockman, quien, tras la salida de Musk, se desempeñaba como presidente de la organización. La explicación más extendida sugiere que los miembros independientes consideraron que Altman se había apartado del propósito fundacional de OpenAI y se había desviado en su búsqueda de financiamiento para el laboratorio.

Este movimiento desencadenó una tormenta, y Sutskever no tardó en lamentar su participación en las acciones del consejo. A través de un tuit, expresó: «Lamento profundamente mi participación en las decisiones del consejo. Nunca fue mi intención perjudicar a OpenAI. Amo todo lo que hemos construido juntos y haré todo lo que pueda para reunir a la compañía».

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