La relación de Youtube y servicios parecidos con quienes crean el contenido que da vida a la plataforma. En teoría, los «youtubers» no son empleados de la empresa, pero muchos de ellos son tan dependientes de la plataforma de videos como si lo fueran, y en caso de que por algún motivo la web decida cortar la relación económica con alguno de ellos, es, en la práctica, lo mismo que si lo despidieran.
Esto es lo que le pasó al creador de contenido Jotapov, quien dirige el canal, el ‘Último Bastión’. El espacio fue borrado de la web, lo que retiró su principal fuente de ingresos, necesaria para su vida, y de la que era dependiente para los gastos de su día a día. Esto lo ha llevado, acompañado de las organizaciones sindicales que ya enfrentaron a Glovo y a Uber por motivos similares, ha presentar una demanda judicial por despido improcedente contra Google España, la empresa titular de Youtube en el país.
Esto obliga a la plataforma de video a enfrentar una nueva realidad, la de ser empleador de los usuarios que viven del contenido que crean para el espacio. Hasta ahora, si bien la plataforma permite monetizar los videos después de unas condiciones mínimas de seguidores y visualizaciones, hasta el momento es visto como una relación de una sola vía con los usuarios, simplemente recibiendo una compensación por la publicidad automatizada que aparece en los mismos, y permitiendo que algunos tengan patrocinadores propios,
«Nos contactó en el sindicato contando que él vivía de Youtube y que al perder la monetización ha quedado sin medio de vida, es decir, ha quedado en el paro», aseguran fuentes del sindicato, explicando cómo nace la decisión de presentar la demanda. Es que al poner la web las condiciones y las exigencias mínimas para entregar la remuneración, funciona como un empleador y al decidir retirar la posibilidad de recibir compensación económica es en la práctica un despido, y uno en el que además no se puede cobrar el paro.
La denuncia no se queda en que el canal haya sido eliminado, dejando a Jotapov sin su medio de sustento, sino que además en el proceso de la denuncia se le retiró el pago que le correspondía de videos y que ya había sido aprobado. Es una decisión de la que además es complicado defenderse para la empresa.
De hecho, ya hace un tiempo había aparecido un «sindicato de youtubers», que en realidad está formado por creadores de contenido digital que también incluye plataformas como Instagram o Tiktok. Es importante destacar que las plataformas necesitan el contenido para atraer visitas, como lo demostró a un nivel mayor las huelgas simultáneas de actores y guionistas en Hollywood, pero hasta el momento los creadores de contenido digital no tenían las herramientas para negociar con las plataformas gigantes.
UNA DEMANDA A YOUTUBE QUE PUEDE CAMBIAR LA RELACIÓN CON INTERNET
Más allá de la plataforma de video manejada por Google esta demanda cambiaría la forma en que los creadores de contenido se relacionan con los espacios donde comparten su material. Sea Spotify, Instagram o Tiktok cualquiera de ellas tendría que asumir como empleado a los creadores de contenido que puedan demostrar que dependen de estas empresas para vivir, es decir: Que son sus empleadores, y, por tanto, tendrían que cambiar las condiciones en las que negocian.
Pero aun si no consiguen un veredicto positivo, se trata de un debate que desde los sindicatos consideran como necesario. Tiene lógica, cada vez más trabajamos en espacios como estos y, al igual que plataformas como Glovo en los alimentos y Uber y Cabify en el transporte, intentan cambiar radicalmente la relación entre trabajador y empresa.
LO COMPLICADO DE VIVIR DE YOUTUBE
Lo cierto es que a pesar de la imagen del Youtuber escapado a Andorra para no pagar impuestos que tienen la mayoría de las personas en la cabeza. En realidad es un trabajo complicado, que además por algoritmo exige subir contenido de forma frecuente para mantener la audiencia y para conseguir ser premiados en audiencia y que la página web presente su trabajo en las recomendaciones de usuarios nuevos. Es decir, es un trabajo complicado y en el que dependes de empresas con las que muchas veces no hay contacto directo.
No es poco, ni es fácil de ignorar, y por ello es importante que se abra esta conversación. Además, esto pasa por revisar otros casos, como los youtubers infantiles, los de empresas o medios de comunicación con canales propios o incluso de la separación de los ingresos generados en el caso de artistas que deban compartir con discográficas.
Sin pensarlo, o quizás más pensado de lo que parece, la realidad es que Jotapov puede haber cambiado muchas cosas de cara a cómo funcionan Youtube y compañía. Será llamativo saber si gana el caso, pero la demanda es un caso importante.