Adicción sin sustancia, tratamiento psicológico para superarlo

Frente a las tradicionales adicciones a las drogas, en los países desarrollados aumenta la prevalencia de personas que sufren alguna adicción en la que no interviene ninguna sustancia estupefaciente o adictiva.

En este sentido, las adicciones sin sustancia más habituales son la adicción al juego y la adicción al sexo. De ellas hemos hablado con los profesionales de Cepsim, un centro especializado en Tratamiento Ludopatía Madrid.

Adicciones sin sustancia: generalidades

La adicción sin sustancia es un trastorno adictivo que no está provocado por el consumo de ninguna droga, sino que se basa en la repetición compulsiva de una conducta que produce placer o relaja, pero que también genera consecuencias negativas para la persona y su entorno.

Otros ejemplos de adicciones sin sustancia, además de la ludopatía y de la adicción al sexo, son:

  • La adicción a las compras.
  • La adicción a internet y a las nuevas tecnologías.
  • La adicción a videojuegos online de carácter exclusivamente recreativo.

Todas esas adicciones psicológicas acarrean consecuencias similares a las provocadas por las adicciones con sustancia, entre las que se encuentran:

  • El síndrome de abstinencia psicológico.
  • La obsesión por repetir el comportamiento adictivo.
  • La compulsividad y la pérdida de control.
  • Graves problemas personales, familiares, laborales e incluso legales.

El tratamiento principal para las adicciones sin sustancia es psicológico: el cuádruple objetivo del mismo es que el paciente controle sus impulsos y conducta, modifique sus creencias y actitudes vitales, recupere la autoestima y evite las temidas recaídas.

En definitiva, de lo que se trata es de proporcionar al enfermo las herramientas que le permitan recuperar el control de su vida y decir adiós, de forma definitiva, a todos los problemas que le ha causado la adicción.

La ventaja terapéutica, respecto a las adicciones con sustancia, es que no es preciso un tratamiento adicional para aminorar el síndrome de abstinencia físico, puesto que este no existe.

La adicción al sexo

Más en concreto, la adicción al sexo es un trastorno que afecta a la capacidad de controlar los impulsos y las conductas sexuales. Se manifiesta por una obsesión permanente por el sexo que puede terminar impidiendo que el afectado se relacione normalmente con otras personas y/o que realice actividades que no sean de índole sexual.

Los síntomas y consecuencias negativas de la adicción al sexo son inconfundibles:

  • Pensamientos recurrentes y compulsivos sobre el sexo.
  • Necesidad de aumentar la frecuencia y/o intensidad de las prácticas sexuales.
  • Dificultad para establecer vínculos afectivos y emocionales con personas del otro sexo.
  • Problemas de salud, legales y laborales, derivados de un comportamiento sexual promiscuo o inadecuado.
  • Sentimientos de culpa, vergüenza, arrepentimiento o insatisfacción después de practicar sexo.
  • Divorcios y separaciones familiares.
  • Negación o minimización del problema.

La adicción al sexo siempre precisa de ayuda profesional, en la que el papel principal corresponde a la terapia psicológica individual, las actividades grupales de autoayuda y la orientación psicológica de la pareja o familiares del adicto.

A modo de ejemplo, el Tratamiento adicción al sexo en Madrid de Cepsim incluye técnicas cognitivo-conductuales, mediante las que el paciente aprende a identificar los estímulos que desencadenan su conducta adictiva y los mecanismos para controlarlos, mediante pensamientos, acciones y actividades que nada tienen que ver con el sexo.

La adicción al juego

Por su parte, la adicción al juego implica que el afectado no puede controlar sus impulsos de participar en juegos de azar, realizar apuestas deportivas, apostar online o jugar en máquinas tragaperras.

Los síntomas de la adicción al juego y sus problemas derivados también son fácilmente identificables:

  • Pensamientos recurrentes sobre el juego y sobre las formas de conseguir dinero para apostar.
  • Necesidad de apostar cantidades cada vez más elevadas.
  • Fracaso en los intentos de dejar el juego o de jugar menos.
  • Sentimientos de irritabilidad, ansiedad o depresión cuando se intenta dejar el juego o no se tiene dinero para apostar.
  • Deudas, problemas legales, mentiras en el entorno familiar e incluso aislamiento social.
  • Dependencia de otras personas para resolver los problemas económicos derivados del juego
  • Problemas familiares graves, como separaciones y divorcios.

Como ocurre con la adicción al sexo, el ludópata siempre necesita de terapia psicológica, individual y/o grupal.

En ciertos casos, también puede precisarse apoyo farmacológico, a fin de reducir la ansiedad o la depresión derivadas de la suspensión del juego o de bloquear el efecto de recompensa cerebral cuando se juega.

Especialmente importante es la prevención de recaídas. Esto conlleva enseñar al adicto al juego a identificar y evitar las situaciones de riesgo que pueden provocar deseo de jugar, desarrollando estrategias alternativas para manejar esas situaciones.

Finalizamos con una recomendación para aquellas personas con un problema de adicción sin sustancia o que tienen a algún familiar o ser querido en esa situación: Cepsim es un centro de tratamiento que cuenta con un experimentado equipo de Psicólogos Madrid, especializado en el tratamiento de todo tipo de adicciones sin sustancia.

Sea cual sea el tipo de adicción psicológica de la persona afectada, en Cepsim disponen de las herramientas y de la experiencia necesarias para tratar eficazmente al enfermo de su trastorno adictivo y evitar futuras recaídas.