La decisión de Yolanda Díaz podría beneficiar a los aeropuertos fuera de España

Ayer en la tarde justo antes de firmar el acuerdo para formar el Gobierno de coalición junto a Pedro Sánchez Yolanda Díaz informó que se obligaría a reducir los vuelos internos y eliminarlos en donde hubiese opción para viajar en el tren. Casi de inmediato, AENA cayó en bolsa varios puntos y tantos los usuarios del avión como las aerolíneas reaccionaron a la decisión, que les quita varios espacios clave del mercado. 

Es cierto que horas después de las declaraciones de Yolanda Díaz se matizó la información, señalando que solo se aplicaría en las rutas donde fuese posible realizar un viaje en tren menor a dos horas y media, además de asegurar que, al menos en el corto plazo, se trata de una reducción de las frecuencias y no de una prohibición completa. Pero aun así las aerolíneas han reaccionado, apuntando contra lo innecesario de la medida de la vicepresidenta, y asegurando que el servicio de trenes de alta velocidad no está preparado para cubrir la demanda que se generaría después de una de estas decisiones. 

Así lo expresó presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, que señala que en rutas como Madrid – Barcelona y Madrid – Valencia los trenes naturalmente se han llevado ya el 90% de los pasajeros en varias zonas, asegurando que la gran mayoría que los pasajeros que usan estas rutas en avión realmente por transferencias en vuelos internacionales: «Lo que haría la prohibición es alejar a estos pasajeros de Madrid y enviarlos a ciudades como París», sentencia Gándara. 

También es cierto que la decisión de Yolanda Díaz tiene precedentes en Europa. No solo Bruselas está haciendo todo lo posible para acercar a los pasajeros al tren en lugar de los aviones o el coche privado en los viajes largos, sino que Francia ha hecho una prohibición similar a la que propone la líder de sumar. Por supuesto que en el territorio galo la situación es distinta, con la prohibición afectando únicamente las rutas que unen París con Lyon, Burdeos y Nantes, rutas importantes pero no tantas como aquellas afectadas por el acuerdo. 

Pero las quejas de las aerolíneas no se quedan en sus problemas directos, sino en que la medida no cumple realmente el objetivo en cuanto cuidado del medio ambiente. Es que la aviación comercial genera únicamente cerca del 2% de las emisiones de carbono en España, por lo que además critican que sea una decisión que no cumple con su objetivo.

SOLO TRES RUTAS AFECTADAS TRAS EL CAMBIO EN EL DISCURSO DE YOLANDA DÍAZ

De momento hay tres rutas clave que se verán afectadas por la decisión en España, las que unen la capital con Barcelona, Valencia y Alicante, la más reciente de estas rutas «cortas» de tren. Son espacios en los que como bien lo menciona Javier Gándara los trenes ya han arrebatado a la aviación la gran mayoría de los pasajeros, por lo que los usuarios que aún deciden viajar de forma aérea se verían especialmente afectados por el cambio que propusó Yolanda Díaz inicialmente, sobre todo si se intenta hacerlo de inmediato y no de forma progresiva. 

La otra duda es si los trenes están preparados para absorber estos pasajeros. Aunque la liberalización ha aumentado la frecuencia de trenes en varias de estas rutas el asumir un alto número de nuevos pasajeros puede sobrepasarlos, sobre todo si no hay una organización a gran escala para preparar una conexión entre los aeropuertos y las líneas de alta velocidad. Es un punto que se ha repetido desde AENA y ALA, que para resolver la situación, sobre todo subrayado en Madrid donde no hay conexión de alta velocidad con los trenes, sino únicamente por el servicio de cercanías, que viene además con sus problemas de puntualidad. 

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Pero además estas rutas son las que están más relacionadas con las conexiones internacionales, y si bien en el corto plazo desde Sumar han aclarado que las conexiones para vuelos internacionales estarán extensas de la norma parece complicado convencer a las aerolíneas de mantenerlas si no son económicamente viables. 

LOS TRENES SE CONSIGUEN OTRA GRAN OPORTUNIDAD

Por su lado, el negocio de los trenes puede presumir de tener otra oportunidad para atrapar viajeros dentro de España. Tanto las palabras de Yolanda Díaz, que aseguró que se trataba del «transporte del siglo XXI» como las del presidente de ALA dejan claro que el último par de años los ha transformado en una fuerza importante tanto para el turismo como para los viajes de negocios. 

La realidad es que el riesgo que corren con este cambio es el de no ser capaces de cubrir toda la demanda, un problema que no parece tan malo de enfrentar. Si a esto se le suma la decisión reciente de ADIF de acelerar todo lo posible la liberalización de más rutas, y de acelerar el aumento de frecuencias en aquellas en las que ya operan Ouigo e Iryo junto a Renfe.