Pocos directores han pasado tanto tiempo en la mente de un asesino como David Fincher. El más exitoso de los directores de los 90 que se formaron dirigiendo videos musicales saltó a la fama con su segunda película, y su primera obra propia después del fracaso de ‘Alien 3’, ‘Seven’ de 1995. La cinta, un thriller perfecto que roza el cine de terror, demostró una capacidad importante de entender la mente de los asesinos, y la obsesión de quienes se dedican a perseguirlos. Es un tema que ha vuelto a revisar en ‘Zodiac’, ‘Perdida’ y su adaptación de ‘Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres’ y que ahora recupera en ‘The Killer’.
De la mano del guionista de ‘Seven’, Andrew Kevin Walker en su primera colaboración con el director desde el clásico del 95. Aunque es su primer trabajo juntos ambos intentaron volver a trabajar juntos en el pasado en cintas que terminaron sin llegar a producirse como la secuela de ‘Millenium’ y un remake de ‘La reencarnación de Peter Proud’, pero ambas terminaron quedando en el tintero. El que ambos se encuentren a estas alturas de sus carreras es la primera buena noticia de una cinta que parece perfecta para el perfeccionismo y las obsesiones de un director famoso por ellas.
Es que David Fincher es famoso por ser detallista, por llevar a sus actores a realizar hasta 50 tomas de una misma escena, presume de que su récord son 99 para una escena en ‘La Red Social’ de 2010. Para él un asesino atrapado en sus rutinas y que cuida hasta el último detalle antes de tirar el gatillo puede ser un alma gemela, al menos en cuanto a lo meticuloso de su trabajo.
Pero el personaje interpretado por Michael Fassbender, otro regreso atractivo de la película, parece compartir también los gustos musicales de su director. Fincher adelantó que sus asesinatos se realizan al ritmo de ‘the Smiths’ , la mítica banda británica liderada por Morrissey y que el director admira por su combinación de «naturaleza sardónica e ingenio». Es un grupo perfecto para la siempre delicada y fría mirada del director.
DAVID FINCHER Y LA PERFECCIÓN EN LA OSCURIDAD
A su modo es posible que David Fincher sea el heredero más evidente de Stanley Kubrick. El director ha heredado del maestro neoyorquino su ojo para el detalle, su amor por la oscuridad del alma como tema central y su convicción de repetir la toma más de 50 veces si hace falta para que resulte como él lo desea. Al igual que Kubrick, Fincher tiene al menos una obra entregada absolutamente al caos, en el caso del primero ‘La Naranja Mecánica’ y el segundo ‘El club de la lucha’ de 1999, uno de los grandes clásicos de videoclub.
Pero la gran diferencia es que mientras que Kubrick saltaba de géneros de cinta a cinta, David Fincher se ha vuelto quizás el mejor director de thrillers en la historia del cine. Ayuda que su estilo visual, uno de los pocos que apuestan absolutamente por la cinematografía digital, parece pensado desde la paranoia más pura. Con excepciones como la propia ‘El club de la lucha’ o la reciente ‘Mank’, que se construye desde el estilo visual de Orson Welles en el ciudadano Kane, sus visuales parecen pensados para darle tensión a sus obras.
Esa perfección digital nació, irónicamente, por la decisión de ahorrar en la cinta tras construir el costoso set de ‘La habitación del pánico’ de 2002. Al darse cuenta de la comodidad de repetir tomas sin la necesidad de cambiar un carrete, lo que le permitió entregarse del todo a su particular estilo de construir una escena repitiendo las tomas más de 20 veces.
De esto último hay una historia de Robert Downey Jr que quizás es el mejor ejemplo de cómo trabaja el director. Tras repetir una toma de ‘Zodiac’ más de 40 veces el futuro Iron Man se acercó a la villa de video para reclamarle asegurando que alguna de las tomas debía estar bien, y tras ver las 40 tomas el propio actor tuvo que aceptar que ninguna funcionaba, a lo que el director procedió a explicarle al equipo que volverían a empezar la escena desde cero después del almuerzo.
UN PASO POR LA TELEVISIÓN
Vale señalar también el exitoso paso del director por la televisión de la mano de Netflix, empresa que se ha vuelto su principal mecenas para producir sus proyectos. El director ha dejado huella en el formato de serie gracias a su trabajo en ‘Mindhunter’, otro estudio de los asesinos en serie, y la primera y mejor temporada de ‘House of Cards’. No es casual que la plataforma confíe tanto en el director, y que cuando ha decidido dejar de trabajar con autores de su estilo él siga en la plantilla y con libertad casi total.