Un factor imprescindible para alcanzar cualquier meta en los negocios es desarrollar una mentalidad enfocada al crecimiento y a los resultados. Sin embargo, para muchos emprendedores puede ser complicado lograr este enfoque y superar los obstáculos que van surgiendo al emprender.
Partiendo de esta necesidad, existen especialistas en el área empresarial que ayudan a los emprendedores a superar cualquier barrera personal y empresarial para potenciar el crecimiento de su negocio. Una de las profesionales destacadas es Carmen Moruno. La directora de KANRI ha desarrollado programas formativos, basados en su experiencia y conocimientos, que fortalecen la mentalidad de los directivos y dueños de empresa.
Carmen, sabemos que desde muy joven fundaste tu primera empresa, cuéntanos más detalles.
Mi primera empresa fue una comercial de productos químicos. También fui freelance, llevando contabilidades a pequeños negocios mientras estudiaba. Luego, con 21 años, monté un negocio de interiorismo, después de acabar mis estudios en esa área.
¿Qué te motivó a emprender tan joven?
Mi carácter independiente, mi parte creativa, me encanta crear. El proceso de creación siempre me ha estimulado. Supongo que también influyó, en gran medida, que mi padre fue emprendedor desde muy joven y es lo que viví en casa.
A lo largo de tu carrera, has transitado por un camino emprendedor de aciertos y desaciertos. ¿Podrías comentarnos cómo transformaste el fracaso de un negocio en una nueva oportunidad?
No me gusta llamarlos fracasos, porque no creo que lo sean. Me gusta repetir la frase célebre: «unas veces se tiene éxito y otras se aprende». En ocasiones, lo que funciona puede dejar de funcionar; por diversas razones, el mercado también cambia.
Uno de esos «fracasos» se podría decir que fue la empresa de interiorismo que me había funcionado durante 20 años. Tras la crisis del 2008, el mercado cambió, el teléfono dejó de sonar. Cuando estaba acostumbrada a que en años anteriores tenía que desestimar trabajos, podía elegir lo que hacía y lo que no. Clientes que se esperaban meses porque deseaban que yo les hiciera el proyecto. Había tenido éxito en mi negocio, pero en un punto dejé de tenerlo.
Durante muchos años, trabajé mucho, así que decidí tomarme un tiempo en mi negocio y centrarme en aquellas cosas que siempre me habían interesado y, por falta de tiempo, no había podido hacer. Dejé inoperativa la sociedad, pude indemnizar de forma saneada al personal que todavía me quedaba; porque no fue de un día para otro, sino algo progresivo. Tardé unos 2 años, sobre el 2010 o 2011 es cuando dejé inoperativa la sociedad.
Emprendí un máster y diversas formaciones en recursos humanos y me enamoré de nuevo de esa otra parte.
Otro de los «fracasos», que como he dicho yo no lo vivo así, o por lo menos no hasta el día de hoy. Creé una empresa con un método propio para ayudar a las personas y empresas «In-out planner«. Con esta metodología trabajábamos la parte interior, es decir, la parte emocional, el capital humano de las empresas, y la parte exterior, a través de la imagen que proyectamos, así como crear entornos que nos potencian y nos hacen sentir feliz.
Salí en TV, en las noticias, como un método novedoso y eficiente. Este negocio, a diferencia de otros que había creado, estaba basado principalmente en servicios online. Un espacio que, por aquel entonces, no controlaba mucho y que, sin duda, no funciona igual que los negocios físicos. Así que no obtuve los resultados esperados. También había una parte que no me gustaba del todo y otra que descubrí que me encantaba, que era dar formación. Así que aprendí bastante y me quedé con la que me encantaba. Ayudar a emprendedores y empresas. De esta manera, nace KANRI.
¿Qué te motivó a formarte como coach y mentora de productividad?
Siempre me encantó saber sobre los comportamientos humanos. Qué cosas nos motivan, qué cosas nos limitan, cómo poder cambiar aquellas cosas que nos impiden ser fieles a nosotros mismos, a nuestros valores.
Desde muy joven, me ha gustado ser concreta, no he sido muy dispersa, lo que me ha hecho ser productiva.
Automatizar procesos de aquello que hago de forma recurrente y sobre todo intentar tener los objetivos claros. Así que, durante muchos años, me he ido formando a través de formaciones, libros que he leído, gurús que he seguido y que, después, he tenido el privilegio de poder colaborar junto a ellos en un proyecto muy interesante que está a punto de ver la luz y del que no puedo decir mucho todavía, aunque ya ha salido publicación en el BOE.
Es una iniciativa enfocada a proponer una serie de normas, nacionales UNE primero e internacionales ISO/IEC después. Normas enfocadas a la reducción del estrés, mientras que se aumenta la efectividad de los profesionales.
Háblanos de tu más reciente proyecto: KANRI. ¿Bajo qué principios se sustenta este nombre?
Como admiradora de los sistemas de organización japoneses y basándome en los principios del sistema “Hoshin Kanri”, he elegido el nombre de KANRI para mi empresa por sus fundamentos.
Comunicación y motivación. Fomentar una comunicación efectiva y una motivación constante tanto en mí como en mis clientes, para impulsar el éxito en sus proyectos.
Estrategias y objetivos definidos. Trabajo en el desarrollo de estrategias claras, tácticas efectivas y objetivos bien definidos, utilizando planes de acción concretos.
Enfoque y mejora continua. Me inspira la filosofía Kaizen, “los recursos son limitados pero el desarrollo de las personas no”.
Descentralización y delegación.
Aprendizaje. Valoro el aprendizaje constante y me esfuerzo por adquirir nuevos conocimientos y habilidades.
KANRI se alinea con la misión, visión y valores de mi proyecto empresarial. Es por eso que tomo prestada la palabra “Kanri”, que significa en japonés “administración, control y gestión”. La “brújula” (Hoshin) representa la importancia de tener una dirección clara para alcanzar los objetivos.
¿De qué manera los empresarios y emprendedores pueden multiplicar los resultados con estos servicios?
En este momento, estoy muy centrada en los servicios 1 a 1. Con mentorías personalizadas, porque cada historia y negocio es diferente. Todos tenemos nuestra propia individualidad. Me gusta tratar al cliente de forma directa. Aunque la mayoría son sesiones online, el interactuar de forma directa me encanta.
Cuéntanos más del Programa la Brújula. ¿Cómo los emprendedores pueden acceder a estos programas?
Dentro del mismo programa, tengo 2 planes. Uno es IMPULSA, diseñado para desbloquear situaciones, tomar decisiones y resolver problemas específicos en 3 sesiones. Mi objetivo es brindar una guía personalizada. Motivación para que tomen decisiones acertadas y avancen hacia sus metas, con seguridad y confianza.
Después está el PLAN LA BRÚJULA. Es un plan más completo de 9 sesiones para fortalecer la mentalidad emprendedora, potenciar estrategias de productividad y rentabilidad de los productos y servicios para impulsar el crecimiento de sus negocios y el éxito.
Un problema común entre los emprendedores es mantener la motivación y gestionar el estrés, coméntanos cómo el curso «No me da la vida» puede ayudar a las personas a enfrentar estos problemas.
Esta es una formación que realicé online en directo, se grabó y ahora ofrezco en mi academia a un precio reducido para hacer una introducción al autoconocimiento y productividad. Donde toco distintos puntos importantes y que se puede realizar de forma flexible.
Además de las sesiones personalizadas, ¿qué tipo de servicios ofreces para mejorar la productividad y la gestión de tiempo en las empresas?
Para empresas, lo más habitual que realizo son formaciones para equipos de trabajo. Las formaciones suelen ser entre 10 y 20 personas. Aunque de 20 no suelo hacer, no me gusta porque perdemos la interacción con cada uno de ellos. Mi recomendación son grupos como máximo de 14 persona.
Suelen ser muy eficientes y, a pesar de que en ocasiones algunos van porque las empresas les obligan, acaban saliendo motivados y satisfechos. Además de los beneficios que aportan estas formaciones, tienen una gran ventaja y es que a las empresas les sale gratis, porque son bonificadas por FUNDAE.
Emprender con éxito requiere del fortalecimiento de las habilidades personales de cada emprendedor para desbloquear las situaciones y los problemas que se presentan en el camino. Debido a esto, se hace necesario contar con programas formativos como los que ofrece KANRI, que basados en la experiencia de su fundadora, aportan las herramientas necesarias para tener un negocio rentable y una vida más feliz.