Aunque finalmente la candidatura española haya logrado ser la sede del Mundial 2030 es difícil ignorar que lo hizo de la mano de un país como Marruecos. La nación africana que está pidiendo a la FIFA albergar la final del torneo no tiene un récord demasiado positivo en cuanto a derechos humanos, pero específicamente es otra nación señalada por su trato a los ciudadanos del colectivo LGTBQI, a quienes se les prohíbe casarse, tener relaciones consentidas con pena de cárcel.
Según escribe Kifkif, la asociación de Migrantes y Refugiados Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de la Comunidad de Madrid, en su informe sobre la situación del colectivo LGTBI de 2022 «Una parte de la población de Marruecos es altamente hostil hacia las personas LGTBQI y ha realizado manifestaciones contra el colectivo, catalogándolas de depravadas, enfermas y pecadoras; se han dado irrupciones violentas en domicilios particulares y exposición pública de la condición no cis o heterosexual de muchas personas sin su consentimiento».
Toda persona que cometa actos lascivos o actos contra la naturaleza con una persona del mismo sexo puede ser sancionada con una pena de prisión
Es un punto que seguramente tendrán que tener en cuenta los fanáticos que viajen a la nación árabe para ver los partidos. De hecho este mismo año en junio, el índice LGBTQ+ Travel Safety de Asher & Lyric clasificó a Marruecos como el trigésimo país más inseguro del mundo para viajeros LGBTI.
LAS PRÁCTICAS HOMOSEXUALES, PROHIBIDAS
El artículo del codigo penal que prohíbe a los ciudadanos marroquíes mantener relaciones sexuales consensuadas entre personas del mismo género es el 489, aprobado en 1956 donde se lee: «Toda persona que cometa actos lascivos o actos contra la naturaleza con una persona del mismo sexo puede ser sancionada con una pena de prisión de seis meses a tres años y una multa de 200 a 1.000 dirhams marroquíes, a menos que las circunstancias del delito no lo permitan constituyen un agravante», desde su aprobación más de 5000 personas han sido juzgadas por delitos relacionados con el texto de la ley.
Las leyes además ni siquiera toman en cuenta a ciudadanos transexuales o no binarios. Es que si bien no existe la persecución que sufren las personas LGTBQI en Rusia o Qatar, las últimas dos sedes del mayor torneo de selecciones del mundo, es evidente que corren un riesgo. Aun así la situación se ha agravado en los últimos años, en particular en 2020 donde extremistas y policías encubiertos usaron plataformas como GRINDR para sacar a ciudadanos del closet.
Es posible que a diferencia de los qataríes intenten mantener la situación fuera de las cámaras, no mencionando las prohibiciones sobre estos ciudadanos en sus comunicados públicos, después de todo se trata de un país que intenta tener una relación más cercana con la UE que el emirato árabe.
EL PROBLEMA DEL SAHARA
Además de ignorar los derechos LGTBQI el país espera que el Mundial 2030 sirva para tapar la situación del Sahara Occidental. La zona, que se mantiene en disputa con República Árabe Saharaui Democrática, ha sido el escenario de varias violaciones a los derechos humanos reportadas por organizaciones como la propia Amnistía Internacional.
Así lo informan las primeras líneas del informe de la institución sobre la situación en esta zona. «Las autoridades seguían atacando a personas críticas y activistas en Marruecos y el Sáhara Occidental. Investigaron, procesaron y encarcelaron al menos a siete periodistas y activistas por criticar al gobierno, así como a personas que hablaban en Internet sobre religión o expresaban su solidaridad con activistas», se lee en el texto.
El tema del Sahara ya era un punto delicado en España antes de que se anunciara que Marruecos sería parte de la que fue la «candidatura ibérica» para el Mundial 2030. Después de todo el gobierno de Pedro Sánchez reconoció la soberanía de Marruecos sobre este territorio, lo que causó un quiebre con las relaciones con Argelia, y empeoró la tensión entre las dos naciones de África.
Al permitirle entrar en el grupo que organiza el torneo el país bien puede haberse asegurado ser el hogar de la nueva cita mundialista, pero parece evidente que para la historia no es la mejor idea. Como ocurrió con Qatar los años previos al torneo estarán llenos de titulares sobre las atrocidades de la nación árabe, y aunque se olviden con el pitido inicial no parece la mejor idea para la «marca España».
MARRUECOS: OTRO PAÍS CON UN REGISTRO NEGATIVO DE LOS DERECHOS HUMANOS QUE ALBERGA UN MUNDIAL
No es la primera vez que la FIFA elige un país con un récord negativo en derechos humanos para organizar el Mundial, de hecho en los últimos años se ha hecho lo normal. En 2018 la Rusia de Vladimir Putin pudo presumir de sus grandes estadios y a correr un tupido velo sobre las acusaciones de fraude electoral, y la organización del Mundial de Qatar no solo estuvo marcada por la persecución a personas y símbolos del colectivo LGTBQI en la competición, sino por las muertes de trabajadores en la construcción de los estadios.
Por si esto fuera poco el gran favorito para albergar la gran cita en 2034 es Arabia Saudita. Otro país que persigue a la disidencia, de hecho de forma mucho más radical que Marruecos. Para nadie es un secreto que la FIFA no está especialmente preocupada por los derechos humanos, en el siglo pasado entregó el torneo a la dictadura de Videla en Argentina y a la Italia de Mussolini, pero ahora más que