La realidad del alquiler y los sueldos de los jóvenes se complica cada día más para quienes viven y buscan un alquiler en el centro de las grandes ciudades. Es que los últimos años han visto un ascenso constante en los precios del alquiler con los sueldos de los jóvenes manteniéndose debajo del promedio nacional, ya de por sí bastante más bajo que el de buena parte de Europa. Esto ha hecho que algunas opciones sean mucho más atractivas las personas menores de 25 años que buscar centrarse en los centros de las ciudades en los que acostumbraban vivir.
Es que el precio de la vivienda en todo el país ha aumentado un 7,2% interanual superando por primera vez los 2.000 euros/m2 desde el verano de 2008, según datos de Idealista, y un 6,1% en lo que va 2023. Parte del problema es que la oferta de viviendas sigue disminuyendo mientras la demanda es la misma, y en las grandes ciudades es donde este aumento es más evidente.
Pero no solo es el alquiler. La realidad es que el ruido, el tráfico y la contaminación han hecho que sea una opción cada vez más apetecible. Aunque la generalización del teletrabajo ha resultado una utopía inviable, al menos en España, lo que no ha permitido que la mayoría de los ciudadanos puedan considerar estrategias como vivir en zonas rurales y pagar menos alquiler, aunque tuvieran que invertir en una buena conexión a internet. Aun así estar a unos 10 kilómetros de las ciudades, aun si se vive a 45 minutos o una hora del trabajo, es una opción viable.
Por supuesto el problema entonces es el tiempo en tránsito que estén dispuestos a asumir. Pero cuando las grandes ciudades están haciendo los esfuerzos para mantener la conexión entre sus centros neurálgicos y culturales a través del transporte público es una opción que se puede estudiar. Aun así no es casual que a medida que se normaliza vivir en las periferias aumenten las críticas a Renfe y los servicios de Cercanías.
Por supuesto es una situación que puede variar mucho dependiendo de la comunidad. Es verdad que para algunos ciudadanos estos espacios son vistos simplemente como «ciudades dormitorios», pero el crecimiento ha hecho que varias de ellas tengan opciones propias de ocio, restauración e incluso algunas empiezan a tener oficinas de grandes empresas.
LA PERIFERIA ATRAE MÁS OPCIONES DE ALQUILER Y COMPRA, MENOS EN MÁLAGA
Esta preferencia, o necesidad, se nota en las zonas donde más se compran y más se alquilan las viviendas en ciudades como Madrid. Eso ha hecho que varias de estas localidades aumenten su precio de forma radical, el ejemplo más evidente es Coslada en Madrid donde desde 2018 el precio de la vivienda ha aumentado hasta un 10,3%, aunque igual se mantiene por debajo del centro en cuanto a precio total.
Lo mismo se repite en Barcelona donde las zonas de la periferia han seguido aumentando pero no alcanzan al municipio central de la ciudad que sigue teniendo un precio por metro cuadrado incluso mayor al de Madrid. Pero también es cierto que las zonas aledañas a la ciudad condal tienen precios más bajos que las que conforman la zona metropolitana de la capital. Es un contraste que puede darle algunas ventajas a la ciudad catalana a la hora de captar jóvenes con el promedio de precios en el área metropolitana algo por debajo del capitalino.
SE MANTIENE EL DRAMA DE LOS SUELDOS DE LOS JÓVENES
Pero a pesar de que poniendo el ojo en la periferia se pueden ver más opciones el acceso a la vivienda sigue pareciendo imposible para la mayoría de los menores de 30 años. Recordemos que su sueldo en promedio se mantiene cerca de los 1.300 euros, por lo que en algunas zonas de las grandes ciudades un sueldo completo no sirve para comprar siquiera el metro cuadrado de un piso. Visto así la situación es cuando menos dramática, y no parece que haya una solución en el mediano plazo.
Pero además la idea de irse a la periferia es cada día más costosa porque incluso eso puede dejar de ser una opción viable. Sí Alcalá de Henares, el municipio más barato para adquirir una vivienda en Madrid, supera los 2.000 euros por metro cuadrado es complicado imaginar que se lo planteen.
Aunque vivir en la periferia es una opción cada vez más aceptada sigue siendo la causa de otro tipo de problemas. Además, es complicado pensar que los ciudadanos puedan seguir alejándose de algunas zonas clave del país.