540.000 jóvenes en España se enfrentan a un problema a diario, con las expectativas de futuro muy bajas: empleo esporádico, temporal y precario.
Según las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA), el porcentaje de españoles en paro entre los 16 y 25 años es 18,3 puntos superior a la media española (23%), lo que refleja el problema estructural al que se enfrentan los jóvenes en el ámbito laboral.
Además, las expectativas no son positivas: un 36% creía en 2021, según un informe del Instituto de la Juventud (Injuve), que es muy poco probable que encuentre un empleo antes de 12 meses y un 26% veía muy posible perder su puesto en menos de un año.
La situación de empleo de los jóvenes es muy baja y les conduce a un estado de conformismo
Falta de vacantes y años de experiencia. Es la realidad con que topan muchos jóvenes cuando acceden a cualquier portal de empleo.
Todo esto conduce a los jóvenes a un estado de conformismo que acaba por nublar sus metas profesionales, donde, al final, no buscan el trabajo que quieren, sino que le dé dinero y permita capear estos tiempos tan complicados.
La situación que afrontan los pertenecientes a las generaciones ‘millennial’ (nacidos entre 1981 y 1995) y ‘centennial’ (entre 1996 y 2005) cuando intentan acceder al mundo laboral no es sencilla, y la pandemia del anterior coronavirus tampoco ha mejorado este panorama, sino que lo ha empeorado.
La precariedad y el desempleo definen el escenario laboral, pese a que los jóvenes tienen cada vez más estudios
La precariedad y el desempleo definen un escenario laboral en el que, además, la falta de correspondencia entre lo estudiado y la demanda del mercado es cada vez más habitual: el 90% de las empresas tiene dificultades para encontrar perfiles apropiados para labores específicas.
Y es que, desde el estallido de la crisis financiera, la política para reducir el paro juvenil se ha centrado en dos frentes: reducir el abandono escolar, y compatibilizar la educación con la entrada en el mercado laboral, a través de fórmulas como la formación dual.
Sin embargo, los resultados nos siguen situando a la cola de la UE. Los denominados ‘ninis’ se sitúan en el 29%, mientras solo tres de los que quieren trabajar mientras estudian lo han conseguido.
Y es que tener las tasas de paro junior (y senior) más elevadas implica que España es el país europeo con la carrera profesional media más reducida. Es decir, llegan más tarde y son expulsados antes del mercado laboral. Es algo que ya se vio en la crisis financiera la recuperación del empleo se concentró en la franja de edad entre 25 y 45 años.
Alguien debería abrir el melón de la gente que lleva 30 años enquistada en instituciones públicas sin oposición mientras miles de jóvenes se parten la espalda por su puesto. https://t.co/K4J62S87kT
— Guille Martín (@Farmaenfurecida) September 12, 2023
Un ejemplo de esto se encuentra entre el funcionariado donde, como se hizo viral en redes sociales, «Europa ha mandado un plan de estabilización al gobierno y este ha dejado fuera de la plaza fija a su madre con 32 años de experiencia, para darle la plaza a una chica con 1,5 años».
Tal y como destaca la Unión Sindical Obrera (USO), el único tramo de edad donde ha caído la ocupación es el de los menores de 25 años, al mismo tiempo que ha aumentado el paro por encima de la media. En concreto, el número de jóvenes menores de 25 años en situación de desempleo subió en 71.400 personas en el tercer trimestre, lo que supone un 15,2% más que en el trimestre anterior y el mayor repunte de todas las franjas de edad fue entre los 20 y 24 años, con un incremento del 19,7% (64.100 personas).