Es complicado explicar lo bueno y lo malo de la saga ‘The Equalizer’. Al igual que John Wick, la saga que relanzo al estrellato a Keanu Reeves, es una colaboración cercana entre director y estrella, en este caso Denzel Washington y el director que lo acompañó en su interpretación ganadora del Oscar en la ya mítica ‘Día de entrenamiento’ (2001), Antoine Fuqua y al igual que la otra saga de acción esta también se aferra al carisma y la capacidad física de su actor protagonista.
Tomando la premisa, y poco más, de la serie del mismo título de los años 80, la saga cuenta la historia de un el agente de inteligencia Robert McCall que usa sus capacidades para proteger y ayudar inocentes. En esta tercera parte se trata de un pequeño pueblo italiano controlado con puño de hierro por la camorra.
Pero, aun así, la realidad es que Washington no tiene el atletismo ni la capacidad de artes marciales. Eso obliga a la cinta a adaptarse, con escenas mucho más lentas, dando como resultado un héroe de acción que por momentos tiene más en común con los asesinos de las películas de terror de los años 80. Es que en los movimientos físicos de Washington como McCall tienen menos de Stallone o Bruce Lee y más de Michael Myers en ‘Halloween’ o Jason de ‘viernes 13’.
Pero a pesar de que es evidente que Washington ya no está para peleas complicadas, ni para persecuciones de alta velocidad Fuqua es capaz de aprovechar esos movimientos para hacer escenas de acción bastante viscerales. Es una demostración interesante del talento de su director en el cine de acción, en realidad es uno de los más talentosos de su generación en el género con verdaderas joyas en su catálogo como ‘Lágrimas del sol’ de 2003 y la caótica ‘Shooter’ de 2007.
El problema es el guion. Sin el extraño mundo de asesinos del universo de John Wick y sin personajes especialmente memorables más allá de su protagonista la pieza no deja de sentirse desechable. Más allá de que el personaje se haya vuelto una parte icónica de la carrera de su protagonista es fácil imaginar esta película sin ninguno de los personajes secundarios. Incluso Dakota Fanning, quien se reúne por primera vez con Washington desde que era una niña en la ‘Hombre en llamas’ de 2001, parece desechable dentro de una historia bastante reciclada.
UNA DESPEDIDA PASABLE
La realidad es que no parece demasiado triste despedirse de la versión nueva de McCall, de hecho parece una buena noticia que un actor de la talla de su protagonista pueda dedicarse a otros temas, dado que la formula se siente profundamente cansada. Es el mismo problema que suelen enfrentar todas las franquicias de acción en la cuarta entrega, pero otras como ‘Misión Imposible’ o la ya mencionada ‘John Wick’ esta no cuenta con una estrella que pueda entregarse físicamente al personaje.
De todos modos tampoco es un mal rato en el cine. Los amantes de la violencia en pantalla tendrán cosas que disfrutar y a pesar de los reclamos al guion el carisma de su protagonista es innegable, por lo que tampoco es una mala excusa para pasar un par de horas en el cine.
‘THE EQUALIZER’ OTRO CAPÍTULO EN LA COLABORACIÓN DE ANTOINE FUQUA Y DENZEL WASHINGTON
La realidad es que la mejor noticia sea que se continúen las discusiones entre Fuqua y Washington. El director tiene una capacidad bastante especial para construir thrillers de acción profundamente tensos, y el actor aun sin tener demasiada capacidad física sabe como construir un personaje con base en sus ‘ticks’ y su carisma. Es cierto que esta no es la más importante de sus colaboraciones, pero ‘The Equalizer 3’ es una buena película de domingo, sea en la sala de cine o en el sofá de casa.