El pasado miércoles día 23 de agosto, Rusia confirmaba la muerte de Yevgeni Prigozhin, líder de los mercenarios Wagner que pusieron en jaque al Kremlim meses atrás. El avión en el que viajaba con otros altos mandos de este comando, se estrelló en la región rusa de Tver, al norte de Moscú, tal y como ha confirmado la agencia federal de aviación de Rusia, tras las primeras inspecciones en las que pudieron confirmar la muerte de todos los pasajeros.
La nave realizaba un vuelo desde la capital rusa hasta San Petersburgo, y se estrelló en las inmediaciones de la localidad de Kuzhenkino. En un primer momento, el Ministerio de Emergencias aseguró que diez personas habían fallecido. Sin embargo, todo se agravó, cuando se identificó a Yevgeni Prigozhin entre los pasajeros.
Horas más tarde, la agencia encargada de controlar el tráfico aéreo en Rusia, Rosaviatsiya, hizo pública la lista de personas que viajaban a bordo de la nave, entre los que se encontraba el líder de los mercenarios Wagner, y a uno de sus principales colaboradores, Dimitri Utkin.
La noticia parece ser oficial, ya que los propios canales de propaganda Wagner, vía Telegram, han confirmado la muerte. Y sospechan que el avión pudo ser derribado. Una maniobra que no sorprendería a nadie, pero que de confirmarse podría suponer otra revuelta más de esta facción asalariada.
Las autoridades rusas pertinentes, Rosaviatsiya y el Comité de Investigación, han abierto sendas investigaciones para esclarecer lo ocurrido. Estas investigaciones incluyen las inspecciones de los registros de vuelo, las cajas negras y los historiales de reparaciones de la nave. En caso de encontrar indicios de un asesinato, las penas podrían ser muy severas.
Se cumplían dos meses de la rebelión de estos comandos asalariados contra el Kremlim, que estuvo a escasos kilómetros de llegar a Moscú. Gracias a la intervención de mandos del ejercito ruso, se pudo evitar una carnicería en la capital y sus alrededores. De hecho, Prigozhin, se marchó a Bielorrusia y ahí se le perdió la pista. Se especulaba con la posibilidad de que estuviese en África, debido a un vídeo difundido en sus canales de propaganda, sin embargo no era así.
Quién era Yevgeni Prigozhin, líder de los mercenarios Wagner
Yevgeni Prigozhin nació en 1961 en Leningrado, actual San Petersburgo. En los ochenta pasó nueve años en prisión por un delito de robo. A su salida, Rusia comenzaba a despertar del aletargo soviético y comenzaba a prosperar, ofreciendo posibilidades tanto empresariales como políticas.
Empezó a prosperar con la venta de perritos calientes, pero en cinco años después y con la compra de una cadena de supermercados, logró abrir su propio restaurante y se convirtió en lugar habitual de gente influyente de las más altas esferas de la política y empresarios rusos, donde confeccionaría una red de contactos que posteriormente serían vitales para llegar al escalafón más alto.
Otra de las «grandes» compras que realizó Prigozhin fue el barco Isla Nueva, donde el presidente ruso, Vladimir Putin, celebraba sus fiestas y agasajaba a sus invitados, mientras navegaban por el río Neva. De hecho, en una entrevista a la BBC, el líder de los Wagner reconoció que la primera reunión que tuvo con Putin fue en el año 2000.
Los primeros contactos eran meramente comerciales. El ascenso de Prigozhin era imparable y había fundado su propia línea de catering, Concord, la cual fue contratada por el Kremlim para suministrar alimento al Ejército y colegios públicos del país.
La década de los 2000, según documentos filtrados por el bufete de abogados ruso Capital Legal Services, el líder de los Wagner se la pasa dedicado a la hostelería, tanto por su restaurante, catering y los supermercados. Pero servir comida le sabía a poco y torció su mira hacia el negocio de las armas creando a la milicia Wagner, de la cual se tienen los primeros informes en 2014.
Una muestra de la relación entre Prigozhin y Putin es que en ese mismo año, el Kremlim había ilegalizado las compañías militares privadas, sin embargo fue el mismo líder de los Wagner quien consultó al presidente para saber si podría fundarlo, como cuentan fuentes de The Guardian «Creo que fue Prigozhin quien le planteó directamente a Putin la cuestión. Quizás estaba la Inteligencia militar rusa de por medio, pero sospecho que este proyecto estaba completamente en manos de Prigozhin», comentó un antiguo oficial del Ministerio de defensa ruso, bajo anonimato.
El Kremlim proporcionó a los Wagner un terreno en Molkino, al sur de Rusia, donde se asentarían y construirían su primera base de entrenamiento, la cuna del gran imperio armamentístico que vendría después. En consideración del trato de favor del Kremlim, los Wagner intervinieron en 2014 en la región de Lugansk (Ucrania), para ayudar a los separatistas.
Posteriormente, por orden del Kremlim apoyarían a Siria en la guerra civil y de ahí se extendieron por todo el continente africano. Según informes de Estados Unidos, Wagner actúa como brazo armado de las juntas militares que han asumido el poder en los últimos años, como en Malí. Es más, la inteligencia estadounidense a acusado a Prigozhin de crear un ejército de cuentas fakes que interviniesen en favor de Trump en las elecciones de 2016 a la Casa Blanca.
Pero algo se rompió en la relación entre Prigozhin y Putin durante la invasión de Ucrania. Tras la toma de Bajmut por parte de las milicias Wagner, en una de las batallas más violentas de la guerra. Prigozhin mostró su desacuerdo con la estrategia militar del Ministerio de Defensa, a quien acusó de utilizar a sus hombres como constante ofensiva, mientras sus soldados esperaban detrás.
Esta tensión provocó la marcha de las columnas Wagner en dirección a Moscú, ataque que se detuvo por voluntad propia, a escasos kilómetros de la capital. Ahora con su muerte, todo tipo de teorías y conspiraciones han brotado y se rumorea que los Wagner, ahora descabezados, podría tomar represalias.