Agustín Nuño. Analista de lo cotidiano con perspectiva empresarial
¿Alguien hubiera entendido que, después del “iniestazo” con el que logramos el primer Campeonato del Mundo de Fútbol de nuestra historia, todo se hubiera fastidiado por un comportamiento repugnante del entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol? Entonces, ¿por qué narices ahora tenemos que estar hablando todo el día del ya conocido como “caso Rubiales” y parece que de repente hemos olvidado que ahora las mujeres también son campeonas del mundo?
Sí. Lo sé. Lo que hizo este hombre al besar sin consentimiento a una subordinada no es defendible desde ninguna óptica. Y yo, por supuesto, no lo haré. Estoy totalmente en contra de este tipo de actitudes que han de ser señaladas y repudiadas en el deporte, en la empresa y en cualquier ámbito de la vida.
Pero, ¿de verdad nos vamos a olvidar de las verdaderas protagonistas de esta historia? Yo no quiero hacerlo y, por eso, quiero utilizar estas líneas para hablar sobre una de las auténticas estrellas de esta selección. Una jugadora que lo es todo en el fútbol femenino mundial gracias a su enorme talento y, ahora también, a un liderazgo en la sombra durante este torneo del que se ha hablado poco. O, al menos, no tanto como de otros aspectos que en nada favorecen al deporte femenino.
Te hablo de Alexia Putellas, que repito lo es todo en el fútbol femenino, y que debido a una inoportuna lesión, llegaba a la cita mundialista sin todas las garantías para ser una jugadora decisiva, tal y como lo ha sido en los últimos años.
En cambio, esta coleccionista de innumerables premios personales y colectivos, ha entendido que lo mejor que podía hacer para sumar en el combinado nacional era dar un paso atrás, no hacer ningún ruido por sus suplencias en varios partidos del campeonato, más allá de los entendibles enfados por aquello de ser una crac de este deporte, e insuflar a sus compañeras ese espíritu de liderazgo que ha caracterizado toda su carrera deportiva.
El mayor obstáculo en la fulgurante carrera deportiva de Alexia Putellas ha sido la rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda el cinco de julio de 2022, cuando se preparaba para comandar a la sección en la Eurocopa que tuvo lugar el pasado verano en Inglaterra. Después de un año sin pisar el terreno de juego, la jugadora catalana regresó con su club de toda la vida, el FC Barcelona, y a la selección nacional, donde ha sido una de las jugadoras más destacadas en los últimos tiempos.
Esta lesión, una de las más graves para cualquier deportista, aún le pasa factura en términos deportivos, y aquí es donde considero que tiene aún más importancia cómo ha gestionado su liderazgo: siendo una de las mejores, pero sabiendo que a día de hoy no lo es, al menos en el terreno de juego.
Ante esta tesitura, Putellas ha optado por un perfil bajo durante toda la concentración previa, que ya venía arrastrando un gran número de problemas extradeportivos, e incluso durante el Mundial celebrado en Nueva Zelanda y Australia, donde no ha expresado ninguna opinión ante los medios de comunicación.
No ha sido hasta ganar la final cuando la hemos podido escuchar. Porque el liderazgo no es hablar mucho, sino liderar. Así de fácil y de difícil a la vez. Y me quedo con una frase que dijo justo después de conquistar el Campeonato del Mundo de Fútbol para nuestro país: “Hay que romper todas las puertas que hagan falta”. Gracias, Alexia.
Agustín Nuño. Analista de lo cotidiano con perspectiva empresarial