Polémica en Menorca por el acceso de los coches a las playas vírgenes

Las declaraciones de la alcaldesa de Ciutadella, Juana Mari Pons, del Partido Popular, anunciando su intención de abrir el acceso de los coches a Cala Macarella han provocado un gran revuelo en Menorca. Las plataformas ciudadanas y los grupos ecologistas que velan por la conservación del patrimonio natural y cultural de la isla alertan sobre la grave amenaza de esta medida.

Cala Macarella es una de las playas vírgenes más famosas de España, elegida año tras año como una de las más bellas de Europa. Pero al gran atractivo turístico hay que sumar sus altos valores ecológicos. Unos valores que, junto a los que guardan el resto de enclaves naturales de Menorca, llevaron a la isla a ser declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco.

Para preservar el patrimonio natural de Cala Macarella y garantizar el acceso controlado de bañistas, desde hace años se restringió el paso de vehículos privados durante la temporada estival y se habilitó un autobús desde Ciutadella. De ese modo, se logró un mayor control de la afluencia de turistas, evitando las aglomeraciones tanto en los caminos rurales como en la propia playa.

Para la asociación ecologista GOB Menorca, una de las principales organizaciones de Baleares, la propuesta que está lanzando ahora el Ayuntamiento de Ciutadella de eliminar el autobús y volver a permitir el acceso de los coches supone un grave error desde el punto de vista medioambiental, pero también económico.

Según el coordinador del Área de Política Territorial y portavoz de esta entidad, Miquel Camps, “la puesta en marcha del servicio de autobús a Cala Macarella llegó después de muchos años de un colapso diario de vehículos que acaban aparcando allí donde no se podía, provocando enfrentamientos con los payeses de la zona y transformándose en una experiencia muy desagradable para todos, por lo que volver a esa situación no tiene ningún sentido«.

Los expertos en turismo sostenible coinciden en señalar que la medida entra en conflicto con el actual modelo económico de la isla, basado en el desarrollo sostenible de la actividad turística, compatible con la conservación del patrimonio natural, cultural y paisajístico de Menorca.

Para el divulgador ambiental José Luis Gallego, “medidas como esta pueden poner en peligro una de las calas más bellas y mejor conservadas del Mediterráneo”. Desde GOB Menorca piden al Ayuntamiento de Ciutadella “que se tengan en cuenta los informes técnicos en los que se demuestra que, tanto Cala Macarella como Cala Macarelleta, están sufriendo una presión muy por encima de la que pueden soportar: hasta ocho veces más de lo que debería estar permitido”.

En su opinión, no existe ningún motivo razonable para revertir la limitación actual, que se ha demostrado efectiva. “¿Por qué se decide ahora esta medida? ¿Por qué la anterior la tomó un gobierno de otro color? Para nosotros esta razón no tiene ninguna coherencia”, afirmó Miquel Camps.

En lugar de ello, GOB Menorca anima al Consell Insular a aplicar lo que señala la Ley de Reserva de la Biosfera respecto a la limitación de la afluencia de vehículos de motor a la isla, y evitar así situaciones en las que “acabamos perdiendo todos: los residentes, que vemos alterada nuestra calidad de vida durante buena parte del año, y los visitantes, que no disfrutan de una experiencia agradable durante sus vacaciones”.