La traducción jurada es una facción muy concreta dentro del inmenso trabajo de los traductores: se trata de traspasar de un idioma a otra documentación oficial o no oficial y certificar que el documento de origen y el traducido dicen exactamente lo mismo.
En contextos oficiales como juicios, convocatorias de oposiciones, solicitudes de títulos de estudios o convocatorias de empleo pueden hacerse necesarias este tipo de trabajos. Así son, por ejemplo, las Traducciones juradas de Tradutema, una de las empresas online más relevantes del sector, con capacidad de entregar un documento traducido y certificado en menos de 48 horas.
Documentos con validez legal
A diferencia de una traducción literaria o cualquier otro tipo de trabajo que suponga pasar un texto de un idioma a otro, las traducciones juradas son documentos con validez legal y que solo pueden ser emitidas por ciertos profesionales.
Los traductores que se dedican a este tipo de trabajos deben contar con una certificación especial que los habilite.
En España, es el Ministerio de Asuntos Exteriores quien otorga esta posibilidad y, por ello, todos los documentos que se consideren jurados deben contar con el sello y firma del traductor que, casi a la manera de un notario, asegura que lo que pone en un documento y en otro es exactamente lo mismo.
Un traductor jurado inglés, por ejemplo, suele adquirir ciertos conocimientos del ámbito legal, económico y empresarial, puesto que la mayor parte de su trabajo se basará en la traducción de textos de esta naturaleza.
Y es que deben ser muy precisos en el resultado final, ya que cualquier error de traducción puede tener consecuencias negativas tanto para el cliente como para él mismo, que se ha responsabilizado del documento con su firma.
Usos habituales de los documentos con traducción jurada
Siempre relacionados con la documentación oficial, el catálogo de opciones que precisan de una traducción jurada es prácticamente infinito.
Desde certificados de nacimiento hasta libros de familia, pasando por permisos de residencia, certificados médicos o poderes notariales… Son muchos los escenarios en los que se va a necesitar el traspaso de un idioma a otro con un sello que haga oficial el resultado final.
Generalmente, el ámbito judicial es aquel en el que la presencia de los documentos jurados se hace más importante. Los jueces y fiscales no van a admitir a trámite ningún tipo de prueba que no puedan entender, y tampoco les servirá una traducción no oficial o leer en el idioma extranjero si lo conocen. Será necesario pasar por una traducción jurada para que la prueba adquiera toda la importancia que se merece.
También es importante en el ámbito de la empresa: a la hora de vender patentes al extranjero o cerrar contratos con multinacionales, se suele requerir que la información esté volcada en los idiomas que dominan las dos partes para evitar letras pequeñas que no se entiendan.
Estos son los principales puntos en los que la traducción jurada se convierte en un servicio indispensable para los ciudadanos. Contar con profesionales con trayectoria, certificados y que entreguen su trabajo en tiempos reducidos será esencial para el buen fin de cualquier proceso en el que este tipo de documentación esté implicada.