Así es, España se ha convertido en el destino preferido para los organizadores de festivales en los últimos años, incluso a pesar de todos los comentarios negativos que intentan “empañar” esta realidad y haciendo frente a una ley que se intenta aprobar desde el congreso para proteger a España de la llamada contaminación acústica.
De acuerdo a una reciente publicación del periodista Álvaro Merino (@Álvaro_Merino_) de El Orden Mundial (EOM) durante el año 2022 en España se realizaron 900 festivales, un número que al parecer se superará este año y que supuso un records histórico en asistencia.
Sólo con los festivales Primavera Sound de Barcelona, el Mad Cool de Madrid y el Arena Sound de Castellón, la asistencia llegó a superar las 300.000 personas. El resto de los festivales se realizaron en diferentes partes de España, siendo Madrid Capital la sede de la mayoría, dentro de los géneros más comunes destacaron; Indie, Rock, Electrónica, Urbana, Latina, Metal, Jazz, Reggaer y cada día se crean nuevos géneros enfocados más que todos en el público joven como el Zevra o el Boombastic.
Y es que lo que la gente no sabe es que detrás de estos números existe una gran industria, la llamada industria de los festivales y que al parecer vuelve a recuperar su fuerza después de las graves consecuencias que dejo la Pandemia Covid -19, de acuerdo a la información suministrada por el periodista, el éxito de los festivales en el año 2022 se debe a empresas como The Music Republic, que ha sido la encargada de organizar la mayoría de los eventos.
Según los datos revelados por el periodista, durante el año 2022 la gran industria de los festivales lograron facturas un total de 459 millones de euros en toda España y los pronósticos para este año parecen superar ampliamente ese número, incluso a pesar de las restricciones.
Altos precios y abusos: Los obstáculos a los que se enfrenta la gran industria de los festivales en España
La burbuja de los festivales no para de crecer en España.
— Álvaro Merino (@Alvaro_Merino_) July 26, 2023
El año pasado fueron más de 900 y cada temporada se suman nuevas propuestas (patrocinios públicos mediante).
Eso a pesar de prácticas abusivas, precios desorbitados y homogeneización musical.
Aquí, una recopilación 👇 pic.twitter.com/9SwfJe0SVN
El éxito de la industria de los festivales ha sido alcanzado a pesar de los numerosos obstáculos, en el año 2022 cerraba con varios titulares como «España vetará en 2023 los festivales” a propósito de la aprobación en el congreso de la propuesta de Ley para frenar la crisis climática.
Una de las razones que alega el grupo parlamentario que apoya la Ley para cancelar todos los eventos exteriores que superaran los 60 db era justamente evitar la contaminación acústica con el objetivo de proteger a toda la fauna que se encuentra en la península en peligro de extinción.
Otra de las razones que alegaban estos partidos políticos para la cancelación de este tipo de actividades era el uso de la energía, exigiendo que este tipo de festivales no superasen los 100 wt, lo cual es un objetivo poco realista.
La propuesta de Ley fue sometida el pasado 21 de diciembre de 2022 a votación y se aprobó, sin embargo, los partidos de oposición alegaron que este tipo de restricciones atenta directamente con el turismo, uno de los principales sustentos de España, lo que generaría una “recesión económica”, incrementando el número de parados y la quiebra de todas las empresas relacionadas con el sector, sonido, iluminación, etc.
Estas medidas han ocasionado que muchas empresas promotoras de festivales fijen en la mirada en países vecinos como, como el Summer Story que se estaría realizando en París por ejemplo o el Dreambeach en Viena, aunque hasta el momento no han anunciado cambios.
El otro gran obstáculo al que se enfrenta la industria de los festivales en España, es el incremento de precios en entradas tanto en conciertos como en festivales, un incremento justificado según las propias empresas promotoras ya que tienen que hacer frente al tema de la inflación, según ellos “existe una relación directamente proporcional, es decir, si aumenta la cesta de la compra, sube el precios de las entradas a conciertos y festivales”, sin embargo, existe una desproporción evidente.
Y es que el negocio de la música se ha convertido en uno de los más lucrativos del mercado, las entradas llegan a dividirse por espacios que van desde la entrada de oro hasta la diamante, pasando por la VIP y con esto juegan los promotores, convirtiéndose en lo que muchos han llamado “un laboratorio perfecto de aplicación de fórmulas capitalistas abusivas”.
Sin embargo, hay una agenda confirmada de festivales programada para lo que queda de año que hasta el momento no ha sufrido ningún cambio, el agosto se espera que se realicen los siguientes; Festivales SonRías Baixas, el Reguetón Beach Festival, el Puro Latino, las Leyendas del Rock Festival, el Sonorama Ribera, el Dreambeach Festival, el Medusa Festival, el Boombastic Costa del Sol y el Festival Río Verbena.
Ahora bien, estos no parecen ser obstáculos bastante fuertes para detener el crecimiento de esta industria en España y más aún después de la Pandemia Covid-19 cuando el público está deseoso de participar en este tipo de eventos, incluso pagando los altos precios impuestos y sabiendo que podrían estar impactando negativamente en el llamado “cambio climático”.