La empresa encargada del mantenimiento de los aeropuertos, Aena, propondrá una subida del 4% por los servicios aeroportuarios a partir de marzo de 2024, justo cuando las aerolíneas solicitan lo contrario.
La pandemia supuso un periodo de rebaja y congelación de los costes para que el mundo no se fuera a pique, puesto que la mayoría de empresas vieron sus márgenes de beneficios reducidos, lo que obligó a los mercados a bajar los precios en solidaridad con sus usuarios. A lo que se sumó la guerra de Ucrania, pero que tuvo un efecto contrario, el encarecimiento de casi todos los productos, sobre todo los energéticos.
Ante esta tesitura, y aplicado al mercado aéreo, es lo que ha llevado al gestor aeroportuario, y empresa pública, Aena, ha solicitar un aumento de los costes de gestión que realiza en los aeropuertos de un 4,1%. Esta decisión fue avanzada por el diario Expansión el pasado martes, cuando fue aprobada por el consejo de administración de la empresa y presentada en las Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV). Y entraría en vigor el 1 de marzo de 2024.
Otro de los motivos que alude la empresa pública es que el tráfico aéreo, a excepción de Rusia, se ha restablecido y está en máximos históricos. Además, critican la postura de las aerolíneas, que siguen solicitando rebajas, cuando ellas están subiendo los precios de los billetes.
Pero precisamente las aerolíneas solicitan lo contrario, que no se aumenten los costes aeroportuarios, debido a que el coste de los combustibles y subidas salariales se han incrementado. Y ven peligrar la consolidación del sector tras la pandemia.
Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) e IATA manifiestan que Aena «tiene margen para no subir las tasas aeroportuarias». Posición que el vicepresidente de Aena, Javier Marín, ha criticado ya que dice que las aerolíneas están «obsesionados por aplicar presión a la baja sobre las tarifas aeroportuarias creyendo que eso beneficia al consumidor final».
El documento de regulación Aeroportuaria (DORA) 2022-2026 fija que las tasas de para las aerolíneas quedan congeladas precisamente hasta 2026. Sin embargo, una ley de 2014 permite a Aena repercutir los costes extraordinarios fuera de control que sobrevengan durante este periodo, y ese podría ser el caso.
La medida aún tiene que contar con el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado y Competencias y posteriormente del Consejo de Ministros, por lo que aún no se ha hecho efectiva esta subida de costes.
El avión se une a las autovías en un nuevo cambio de opinión
A esta previsible subida del coste de los billetes de avión hay que sumarle la futurible tasa por el uso de las autovías que el Gobierno le propuso a la Unión Europea.
Los españoles supimos de estos peajes en el debate de Atresmedia que enfrentó al presidente, Pedro Sánchez, con el candidato a la presidencia, Alberto Núñez Feijoo. Durante la acalorada charla, Sánchez negó rotundamente que fuese a gravar el uso de las autovías.
Pero tres días después, 13 de julio, el director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, confirmaba que las autovías pasarían a ser de pago en una entrevista con la televisión catalana, TV3. Declaraciones que posteriormente salió, obligado, a desmentir.
Parece que una vez pasadas las elecciones, las promesas y el Verano Joven, los descuentos que el Gobierno ha aprobado en el transporte público, todo volverá a la normalidad y viajar en AVE y en avión volverán a ser un privilegio al alcance de unos pocos. Esos pocos que seguirán utilizando, precisamente el avión, para asistir a reuniones no justificadas por EEUU, conciertos o bodas, siempre en aras de preservar el medioambiente y no aumentar el cambio climático.