La tablet y teléfonos móviles ya son pequeños ordenadores de mano, cuyo uso para llamadas cada vez es menor. Los niños parece que han nacido con un smartphone en la mano. Como es lógico, tu hijo que ha entrado de lleno en la adolescencia no se separa de él ni un momento.
Atrás quedan aquellos tiempos en los que quedábamos con los amigos por teléfono fijo en un lugar concreto y lo del móvil era cosa de las películas. Ahora incluso resulta extraño y te llegas a preguntar como nos podíamos ver.
Conversaciones interminables con la persona que te gustaba, bromas y contárselo todo a tus amigos, poder ver ese vídeo musical con la canción que no consigues quitarte de la cabeza, jugar a videojuegos, etc. Un mundo lleno de posibilidades en un momento en el que las hormonas y el aburrimiento rigen tu vida.
Si nosotros mismos cuando salimos de casa y te olvidas del teléfono o tienes poca batería te pones nerviosa. Imagina el joven que tiene las emociones a flor de piel. Es un caldo de cultivo perfecto para convertirse en un adolescente adicto al móvil.
Los niños y adolescentes son cada vez más adictos al móvil
De media pasan unas cuatro horas pegados al teléfono, y para saber si es adicción o no hay que estar atento a síntomas como la ansiedad o el aburrimiento si no lo tenemos cerca, perdemos el interés en actividades, cambiamos nuestra manera de relacionarnos o dormimos mal.
Pueden pasar horas y horas pegados a la pantalla e incluso abandonan los juguetes para dedicarse al teléfono, pero… ¿Por qué ocurre?
Los expertos en adicciones y similares, en otros casos, nos dicen qué nos lleva a estar enganchados a los teléfonos, tanto los más jóvenes como los más mayores.
Ella nos ha contado que hay dos vías por las que nos crea adicción. Por un lado, para enfrentarnos a la ansiedad y al aburrimiento. Y, por otro, con él nos divertimos y vemos cosas que nos gustan y, por tanto, nos libra de lo negativo.
La adicción al móvil comparte características con otro tipo de adicciones
En este sentido, un grupo de expertos ha valorado la medida implementada por padres y profesores de la ciudad de Greystones, en Irlanda, que se han unido para establecer un código común que prohíbe el uso de los ‘smartphones’ entre sus hijos y alumnos hasta que estos alcancen la escuela secundaria.
La adicción al móvil comparte características con otro tipo de adicciones, las llamadas adicciones sin sustancia, como son la del juego o los videojuegos. Se trata de adicciones que, a pesar de no haber una sustancia externa que genere ningún cambio a nivel físico o fisiológico, sí provoca cambios neurofisiológicos y segregan una serie de neurotransmisores que acaban creando dependencia.
Por ello, y viendo lo que ha pasado en otros países donde la cuota de uso se ha disparado entre los más jóvenes la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) ha elaborado un decálogo para fomentar un uso responsable de la tecnología entre los más pequeños de la casa, para así evitar adicciones en el futuro.
- Dialoga con tus hijos, favorece la comunicación positiva y la escucha activa.
- Establece normas claras para regular el uso de Internet, videojuegos y el móvil. Debe estar muy claro cuándo, cuánto y dónde los utilizan.
- Edúcales en la gestión inteligente del ocio y del tiempo libre.
- Esfuérzate para que tus hijos e hijas encuentren en ti la confianza y el apoyo para contarte cualquier problema.
- Navega en Internet con tus hijos e hijas, oriéntales sobre las páginas más fiables, y enséñales a navegar con un objetivo claro marcado de antemano. Transmíteles que nunca deben proporcionar datos personales en la red.
El psicólogo del Servicio de Adicciones Tecnológicas (SAAT), Luis Padilla, ve muy claro cuál es el motivo de que esto suceda. Cuanto más se usan estas herramientas, más se desean, sean redes sociales o videojuegos», comenta, recalcando que la medida llevada a cabo en Irlanda «sería realista siempre que fuesen en consonancia en la misma dirección todos los agentes educativos en todos los contextos: familiar, educativo y social».