Los nervios son normales cuando un cineasta que ha definido una franquicia la abandona. Pero si ese cineasta es posiblemente el mejor de la historia, Steven Spielberg, hay buenos motivos para ellos, en esa situación era normal que hubiera suspicacias por la nueva ‘Indiana Jones y el Dial del Destino’, capitaneada por James Mangold. Por fortuna el director de ‘Logan’ ha sabido ejecutar a la perfección la receta de Spielberg, si no es tan buena como cuando la prepara el chef original, pero sigue siendo única en su tipo.
La nueva cinta, quinta de la saga, no espera reinventar la rueda, sino dejar una inyección de nostalgia a los fanáticos. Aunque la cinta no puede escapar del tono crepuscular al tener que asumir los 80 años de Harrison Ford y, por tanto, del doctor Jones, hace todo lo posible para mantener las aventuras y escenas de acción tradicionales de la serie. Persecuciones, tumbas abandonadas hace algunos siglos, nazis y un nuevo acompañante en la aventura, en este caso Phoebe Waller-Bridge como Helena Shaw, otra aventurera en búsqueda del mismo objetivo. Es un calco de las anteriores, pero: ¿Hay una mejor fórmula en el cine de aventuras?
En el centro de todo está, como siempre, esa máquina de carisma llamada Harrison Ford. A pesar de su edad el actor sigue sumándose a las escenas de acción, sigue manteniendo el cascarrabias sentido del humor del personaje y sigue demostrando que debajo de su rostro serio no puede evitar divertirse en medio de todo el caos. Es complicado definir cuál es el papel más icónico de Ford, si Indiana Jones, Han Solo o Rick Deckard de Blade Runner, pero el arqueólogo es el que mejor capta su personalidad.
UN ELENCO AL NIVEL DE SIEMPRE
Pero además del propio Jones el resto del elenco es superlativo. Un Mads Mikkelsen que sigue sumando nombres a un curriculum lleno de villanos icónicos, John Rhys-Davies vuelve a darle vida a Sallah, cuya historia se vuelve una de las más interesantes de la saga y Toby Jones interpreta a Basil Shaw, un nuevo arqueólogo que acompaña al protagonista en esta aventura y Antonio Banderas aparece como una de esas conexiones extrañas que tiene el doctor Jones en cada destino.
Es una mejor compañía que la que tenía en ‘El Reino de la calavera de cristal’, aunque el intercambio es que las escenas de acción no están al nivel de esas cuatro cintas anteriores. Tampoco es que se trate de una comparación demasiado justa, Mangold es un buen director de acción, pero Spielberg es uno de los mejores de la historia (por recordar su curriculum en cine de acción: Las cuatro Indiana Jones previas, Ready Player One, Salvando al Soldado Ryan y Sentencia Previa), por lo que es normal que sea un área que, aunque funcione, se quede corta.
Lo cierto es que el hecho de que los personajes nuevos puedan entrar tan facilmente dentro de la dinámica Indiana Jones es quizás la mejor virtud de la cinta. Es que si bien Ford sigue siendo el centro de la cinta es imposible quitar la vista de Waller Bridge y Mikkelsen cuando están en pantalla. Al mismo tiempo hay que aceptar que esta cinta hace trampa: Tiene a John Williams en la banda sonora, y el sigue siendo el mejor compositor de Hollywood.
UNA DESPEDIDA IDEAL PARA INDIANA JONES
Si bien tiene sus defensores, como quien escribe estas líneas, no hay duda de que la cuarta cinta de Indiana Jones ‘El reino de la calavera de cristal’, no había sido demasiado bien recibida. Esto permitía que hubiese buenos motivos para querer ver al arqueólogo más famosos del cine en pantalla al menos una vez más.
Pero esta sí que parece ser la despedida ideal. Aunque parece mucho pedir que se deje una franquicia descansar en 2023, y dejen de llamar a Harrison Ford para que reviva sus personajes de los 80, lo mejor sería despedirnos del doctor Jones aquí. En el fondo tuvimos bastante suerte teniendo una cinta de Indiana Jones que funcione sin Steven Spielberg, tratar de tener dos de ellas puede ser tentar demasiado a la dama fortuna.