La rotura cuerno posterior menisco interno es una de las lesiones más habituales que se ven en el individuo.
En el caso de la primera, es conocida habitualmente como desgarro, se trata de una lesión que desconecta el menisco de su raíz posterior. Esto genera que deje de cumplir su función principal, que es la de suavizar las cargas que recibe el cartílago.
En casos de presentar esta lesión, es necesario recurrir a un traumatólogo como el Dr. Miguel Romero, especialista de hombro y rodilla. Este profesional ubicado en Bilbao se ha distinguido por ofrecer acompañamiento continuo a sus pacientes durante el tratamiento y curación de lesiones como la rotura de meniscos.
Tipos de roturas del menisco interno
Existen diversas formas en las que se pueden presentar la rotura del cuerno posterior del menisco interno, una de las más comunes es la rotura horizontal, caracterizada por afectar un porcentaje pequeño del menisco. Es una de las que tienen mejor pronóstico para la recuperación.
Por su parte, la rotura radial es otra afección habitual en el cuerno posterior del menisco interno, es considerada por los expertos como una de las más graves. Es más común en personas que presentan cierto nivel de desgaste en las rodillas o que tienen el eje de carga desviado.
Adicionalmente, la rotura compleja es otra de las afecciones que puede presentar una persona y se diagnostica cuando se combinan más de un tipo de lesión en el menisco.
¿Cómo tratar la rotura del cuerno posterior del menisco interno?
Existe una amplia lista de lesiones relacionadas con la rotura del cuerno posterior del menisco interno, por lo que lo más recomendable en estos casos es recibir la valoración de un profesional como el Dr. Miguel Romero.
Después de una valoración exhaustiva e individualizada, el especialista se centrará en llevar a cabo el tratamiento más adecuado en función de la lesión.
Por lo general, la opción más recomendada en un gran número de roturas del cuerno posterior del menisco interno es el tratamiento conservador. Este consiste en disminuir un punto la actividad física, aplicar hielo en la rodilla de manera intermitente, combinado, además, con algunos ejercicios.
En caso de no funcionar o de tratarse de lesiones más graves, la artroscopia de rodilla es otra de las opciones de tratamiento. En este caso, se trata de una intervención quirúrgica en la que se introduce una cámara en la piel, así como el instrumental necesario para tratar la lesión.
En cualquiera de los casos, consultar con el especialista en traumatología de rodilla es lo más apropiado para garantizar la efectividad del tratamiento y mejora del paciente a largo plazo.