Para la supervivencia y calidad de vida de las personas y la biodiversidad, los servicios ecosistémicos son fundamentales.
Se trata de recursos sumamente necesarios, que suelen darse por sentado, e incluso son explotados sin consideración ni retribución.
En ecosistemas naturales como las selvas, manglares y bosques es donde se gestan estos servicios ecosistémicos y es, a su vez, donde habitan los pueblos originarios, normalmente en condiciones de pobreza extrema. Ante la contradicción de que estas poblaciones sufran la marginalidad y la pobreza, cuidando los ecosistemas de abundancia que benefician a toda la sociedad, la Fundación EcoConciencia plantea una solución para valorizar los servicios ecosistémicos y mejorar la vida de estas poblaciones.
¿Cuál es el rol de los pueblos originarios?
Según ha revelado un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los pueblos originarios representan el 6,2 % de la población mundial. Mientras sus territorios, que abarcan un 28 % de la superficie terrestre, albergan el 80 % de la biodiversidad del mundo. Esto se debe a que sus prácticas de gestión tradicional los convierten en excelentes administradores ambientales y guardianes de la biodiversidad, haciendo posible el desarrollo de los servicios ecosistémicos.
«Qué injusticia que los lugares donde se producen los servicios ecosistémicos que permiten la vida en el planeta sean los lugares donde sus administradores, los pueblos originarios, viven en condiciones atravesadas por la pobreza extrema y la desigualdad en materia laboral, educativa y de acceso a los derechos sociales«, declaró Rodolfo Tarraubella, presidente de Fundación EcoConciencia y de la entidad de Naciones Unidas CIFAL Argentina.
La propuesta de la Fundación EcoConciencia
En este contexto, Rodolfo Tarraubella denuncia las contradicciones que surgen en el mercado, donde se paga por la madera, o sea, por el talado de la selva, pero no se paga por el cuidado de los bienes comunes, como los bosques, mares, manglares, etc. Por ejemplo, al pagar el precio de la madera, se fomenta el talado de bosques, pero no se compensa el oxígeno que ese bosque producía ni se impulsa el mantenimiento de nuevos bosques, financiando y pagando por ello.
Esta falta de apoyo a la vida y de inversiones en el cuidado de la infraestructura de las infraestructuras, como es la naturaleza, ha impulsado a la Fundación EcoConciencia a lanzar un plan de acción para blindar la naturaleza, fomentando la sostenibilidad.
EcoConciencia trabaja en el desarrollo de una certificación de servicios ecosistémicos para generar biocréditos y certificados de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que podrán ser comercializados. Los ingresos generados de este modo serán destinados a financiar a las comunidades originarias que viven en esos ecosistemas, y que son las responsables del cuidado y mantenimiento de los bosques, las selvas y los manglares, entendiendo estos como las fábricas de oxígeno, de agua y de biodiversidad que generan los servicios ecosistémicos y hacen posible la supervivencia de los seres vivos. Sin ellos, no es posible la existencia de los seres humanos.