A principios de octubre del año pasado una intensa pulsación, o explosión, de rayos gamma alcanzó nuestro planeta, saturando los detectores incorporados en varios telescopios espaciales en órbita y poniendo en marcha una carrera para estudiar el fenómeno usando los telescopios más avanzados del mundo. Aquella pulsación era uno de los conocidos como estallidos de rayos gamma, uno de los eventos más energéticos del universo. Concretamente, fue el estallido más energético jamás detectado. Por tanto, la explosión resultante del nacimiento de un agujero negro a partir de una estrella masiva en sus últimos días ha podido haber provocado la mayor explosión jamás registrada, uno de los conocidos como estallido de rayos gamma.