Si existe el sexo más allá de la penetración, se dice y punto. Ni el sexo es solo coito ni este es imprescindible para disfrutar de una relación sexual plena y placentera. El concepto del coitocentrismo puede resultar algo teórico, una palabreja rara inventada por los modernos, pero nada de eso.
No es que exista vida más allá de la penetración, que también, sino que poner esta práctica en el centro de las relaciones sexuales, no es lo más recomendable según los expertos. Es posible que no hayas escuchado nunca la palabra coitocentrismo o quizá la has escuchado, pero no sabes bien qué significa. Este término surgió para definir la excesiva importancia que se le da a la penetración, normalmente pene-vagina, que a su vez está relacionado con otros conceptos como la “pérdida” de la virginidad que se produce solo cuando se realizan relaciones sexuales con penetración.
En este contexto, muchos profesionales de la sexualidad defienden la necesidad de alejarnos del coitocentrismo que no implica estar en contra de esta práctica, solo darle la misma importancia que a las demás. Si resulta placentera para ambos, estupendo, pero a veces nos dejamos llevar por la creencia de que el “sexo de verdad” debe incluir penetración pene-vagina y nos olvidamos de tooodo lo que se puede hacer para disfrutar en pareja. El sexo oral, un masaje erótico, la masturbación mutua, el uso de juguetes como los masturbadores masculinosdurante el encuentro, pueden ser prácticas muy excitantes para ambos.
La marca erótica Diversual, ha realizado un estudio sobre hábitos sexuales entre 6.440 personas y entre otras cuestiones, a los encuestados se les preguntó sobre el tiempo que dedicaban a todo lo que no es penetración durante las relaciones sexuales en pareja. Las respuestas arrojan datos bastantes interesantes al respecto.
El 44,4 % de las personas indicaron que dedican entre 5 y 15 minutos a aquellas prácticas que no son el coito, un 31,2 % dedican entre 15 y 30 minutos, un 17% más de 30 minutos, un 6,9% menos de 5 minutos y un 0,5% absolutamente nada.
Una de las consecuencias de todo esto es la dificultad de las mujeres para llegar al orgasmo. En el estudio, un 64,6% de ellas afirman que lo alcanzan siempre o la mayoría de las veces en sus encuentros sexuales frente al 94,1 % que lo consiguen los hombres.Esta diferencia es la denominada brecha orgásmica y aunque puede tener muchas causas como un deficiente autoconocimiento o una falta de comunicación entre la pareja también se relaciona con la tendencia a priorizar el placer del otro por encima del propio y centrar las relaciones en la penetración. No olvidemos que la mayoría de mujeres necesitan la estimulación directa o indirecta del clítoris para llegar al clímax, algo a tener en cuenta también durante las relaciones en pareja, incluso durante el coito.
Cuando las relaciones sexuales giran en torno al coito, al resto de prácticas se le mal llama, preliminares, como si, sí o sí, hubiera que acabar en la penetración. Ya es hora de poner todas las prácticas al mismo nivel, hemos avanzado, pero aún queda mucho trabajo por hacer.