Los humanos tenemos contacto con muchos tipos de ácido, algunos de ellos presentes en la naturaleza. Como es el caso, del ácido fórmico, una sustancia orgánica de un solo átomo de carbono. Este átomo se une a dos moléculas de oxígeno y otras dos de hidrógeno y su fórmula química se halla en plantas, insectos y animales, como por ejemplo en las hormigas.
Este ácido fue aislado por primera vez en el año 1671 por el naturalista inglés John Ray y actualmente no se obtiene de estos insectos sino que se produce a partir de derivaciones del monóxido de carbono, empleandose en distintos sectores de la gran industria. Además, es un agente mutágeno químico, pues tiene la capacidad de crear cambios importantes en las estructuras de ADN.