El conflicto en Ucrania no tiene fin. Uno de los tristes corolarios de la historia que comenzó con la agresión rusa del 24 de febrero de 2022 es que, tras las esperanzas que suscitó el inicio del cambio verde, la carrera por los combustibles fósiles ha vuelto a arrancar con más fuerza que nunca, sobre la ola de políticas de guerra de emergencia. “Aunque hay incluso quienes argumentan que la guerra resultará ser un acelerador del avance verde a medio-largo plazo”, comenta Ermanno Traverso, fundador y director general de Energreen, una empresa de desarrollo de proyectos activa en varios países del mundo. «No estoy de acuerdo con una visión tan cínica, pero sobre todo objetivamente incorrecta»
¿Por qué?
La guerra drena muchos recursos económicos, dejando todo en una condición de recesión: y la recesión siempre ha sido enemiga de la innovación y la investigación tecnológica, que es lo que necesitan hoy las energías renovables para implantarse definitivamente.
Entonces, ¿cuál será el futuro de las energías renovables?
Creo que, independientemente de la guerra, el camino de las energías renovables es en todo caso imparable.
¿Cuáles son las dificultades actuales, en concreto?
La destrucción sistemática de la infraestructura energética ucraniana por parte de los rusos, conduce a escenarios dramáticos para la población. Por lo tanto, es necesario continuar apoyando a Ucrania y su pueblo para evitar una catástrofe humanitaria aún más grave que la que ha ocurrido hasta ahora. Incluso en el resto de Europa, el conflicto seguirá teniendo graves repercusiones.
¿Hay signos de esperanza en la dificultad general?
Estos meses de guerra han demostrado que es posible liberarse del gas ruso y eso es una buena noticia, pero el problema de las infraestructuras persiste: ¿Cómo llevar el gas que falta a Europa y a Italia manteniendo los costes sin cambios?
Dicho esto, preveo una continuación de la economía de guerra, al menos desde el punto de vista energético, para todo 2023 y probablemente también para 2024, con las consiguientes dificultades también a nivel de las pequeñas y medianas empresas.
¿Cómo salir?
Actualmente, el corazón del juego energético del futuro gira en torno a las tecnologías de acumulación y almacenamiento.
Hoy en día, el límite de las energías renovables está ligado a su intermitencia: dependiendo de los fenómenos naturales, la energía limpia no siempre está disponible y, por tanto, debe acumularse en unidades de almacenamiento. Cuantas más baterías capaces de almacenar energía se desarrollen, más rápido se extenderán las energías renovables.
No es casualidad que el sector de la investigación para crear unidades de almacenamiento cada vez más eficientes, esté en pleno apogeo. Espero grandes avances en este sentido.
¿Es la energía nuclear de próxima generación una opción viable a corto plazo?
Cuando se trata de energías verdes y renovables, siempre surge el tema de la energía nuclear de nueva generación, señalada como una posible panacea. Necesitamos aclarar: la primera planta francesa basada en fusión fría no estará operativa hasta dentro de cinco años, y el problema de la energía, es un problema actual.
Seré feliz si en 20 años, gracias a la energía nuclear «fría», el mundo habrá resuelto el problema de las necesidades energéticas: pero hoy ese camino no es posible.
Hoy tenemos prisa por encontrar energía a costes asequibles y la energía nuclear no puede considerarse una opción.