Un extremo veloz, con clase y regate se apagó. El exfutbolista y exentrenador Marcos Alonso Peña falleció el pasado jueves a los 63 años fruto de una enfermedad, y deja atrás una larga carrera en los terrenos de juego, siendo internacional, y en los banquillos, además de un legado en sus hijos, entre ellos el actual jugador del FC Barcelona, proveniente del Chelsea.
Nacido en Santander, Marcos Alonso se crió futbolísticamente en las categorías inferiores del Real Madrid y Racing de Santander, con quien debutó en Primera divisón, y jugó en el Atlético de Madrid en dos etapas, FC Barcelona (donde logró sus títulos) y Logroñés. Además, fue 22 veces internacional español.
Sin embargo, fue en club rojiblanco donde más se le recuerda (con permiso de su Racing). Al rojiblanco llegó en 1979 tras destacar en sus inicios, desde muy joven, en el Racing de Santander. Militó en el Atlético de Madrid durante tres temporadas en una primera etapa que le valieron para debutar con la selección española, aunque no consiguió ganar ningún título con los rojiblancos.
Marcos Alonso, un extremo veloz, con clase y regate
En su primera etapa como rojiblanco, estuvo a punto de conquistar el campeonato de Liga de 1981 formando una delantera muy recordada junto a Rubio y Rubén Cano. En 1982 se produjo su traspaso al Barcelona de la mano de Josep Luis Núñez.
El dirigente azulgrana lo fichó a la vez que a Diego Armando Maradona como parte de un ambicioso proyecto que ya contaba con Bernd Schuster y algunos de los mejores jugadores nacionales como Quini, Alexanco, Migueli, Carrasco, Urruti o Víctor Muñoz.
Estos, grandes jugadores con los que compartió glorias y en lo que, sin duda, uno de los mejores partidos de Marcos Alonso fue en la final de la Copa del Rey de 1983 ante el Real Madrid, gol incluido el último suspiro para darle el título a los catalanes (2-1).
Y es que, para la afición del Atlético de Madrid, su marcha fue dura por tratarse de un equipo rival como el FC Barcelona cuando alcanzaba su maduración como jugador, se había asentado como internacional y mejoraba sus estadísticas goleadoras.
Su maltrecha rodilla le impidió jugar al nivel esperado
Pero volvió a ser bienvenido por los rojiblancos: cinco años más tarde (con mucho éxito) Marcos Alonso regresaría al Vicente Calderón para acabar su carrera en el Logroñés y en su Racing.
De todos modos, estos últimos años se le recuerdan por su maltrecha rodilla que le impidió jugar al nivel deseado. Su última temporada en Primera fue la 1989-90 en las filas del Logroñés y aún jugó una campaña más, con su Racing de Santander, que por aquel entonces militaba en Segunda B, y ayudó al ascenso de categoría.
Su buen hacer con los clubes también le valió para vestir la camiseta de la selección en 22 ocasiones, con la que además anotó un gol. Formó parte del equipo que ganó 12-1 a Malta en el Villamarín en un partido que es historia del fútbol español. Un futbolista, Marcos Alonso, que destacaba por su gran habilidad y velocidad, donde sus mayores éxitos deportivos los consiguió en el FC Barcelona, recordado por su gol de cabeza en la Copa del Rey de 1983.
Cuatro años después, comenzaría su carrera como entrenador, pasando por Rayo, Santander, Sevilla, Atlético, Zaragoza, Málaga y Granada 74. En el Atlético de Madrid, además, fue ayudante de Jorge D’Alessandro, donde también entrenó al conjunto colchonero en su primera campaña en Segunda (2000/01).
Tras dejar de lado los banquillos, la siguiente generación Marcos Alonso es la que tomó peso en el fútbol, con su hijo triunfando sobre todo en Italia e Inglaterra, hasta fichar por el FC Barcelona en esta última temporada.