¿Crees que el amor incondicional y la lealtad en la monogamia son controlados por la hormona del amor? Piénsalo de nuevo. Un impactante estudio con ratones de la pradera, famosos por su fidelidad a largo plazo en sus relaciones, ha puesto en duda este concepto antiguo.
La investigación ha revelado que la ausencia de receptor de oxitocina no tiene impacto alguno en el vínculo emocional y protector que estos animales tienen con su pareja y sus crías. ¿Podría ser que el verdadero secreto detrás de la monogamia vaya más allá de las hormonas? Sigue leyendo para descubrirlo.
1¿Qué dice el estudio sobre la monogamia?
Un estudio publicado en la revista “Neuron” cuestiona la creencia de que la oxitocina es la «hormona del amor». La investigación, llevada a cabo con ratones de las praderas, conocidos por su tendencia a la monogamia, demuestra que esta molécula orgánica no es esencial para establecer vínculos duraderos con la pareja y cuidar a los hijos.
Los ratones permanecen en pareja toda su vida y forman fuertes vínculos, incluso rechazando activamente compañías potenciales del sexo opuesto, y ambos géneros participan igualmente en el cuidado de la prole.