Las relaciones abiertas cada vez están más a la orden del día. De hecho, han pasado de ser prácticamente una excentricidad del gusto de muy pocos a una práctica cada vez más extendida. Por regla general, es la gente más joven quien decide mantener comportamientos de esta índole, pero su éxito parece estar contagiándose, poco a poco, a todo tipo de generaciones. ¿Serán así las relaciones de pareja en el futuro, al menos en una gran medida?
Está claro que cada persona (o personas) es capaz de entender y experimentar el amor libremente, de la forma que mejor le parezca, y que las relaciones abiertas pueden tener muchas ventajas a la hora de adaptarse a la sociedad actual pero, ¿tienen inconvenientes? Como prácticamente todo en esta vida, es inevitable decir que sí. Y no, no hablamos solo de los habituales celos que pueden provocar, como veremos a lo largo de este artículo.
1¿Qué son exactamente las relaciones abiertas?
Antes de centrarnos en las desventajas que puede traer consigo una relación abierta, es conveniente entender sin ningún tipo de tapujo ni malentendido en que acostumbran a consistir las mismas. Una relación abierta no está relacionada habitualmente con la infidelidad, por así decirlo. Ni tampoco se deben confundir estos romances con flirteos de una noche o amores circunstanciales. En realidad, son relaciones de pareja como las de toda la vida, solo que con una diferencia: los miembros de la relación se dan mutuamente libertad para poder estar con otras personas.
Para empezar, está claro que los celos pueden ser complicados siempre, pero más aún en relaciones abiertas. Es imprescindible que quienes deciden vivir así su deseo los superen con naturalidad, pero ahí no acaba la cosa, ni mucho menos.