Durante los días previos al sangrado, la mayoría de mujeres experimentan ciertos síntomas que avisan de que la menstruación está por venir. Estos síntomas se engloban en el síndrome premenstrual (SPM) que, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), sufren al menos el 80% de las mujeres en edad fértil.
No obstante, debes saber que no todas las mujeres lo viven de la misma forma. Los factores genéticos, médicos y personales también pueden afectar a cómo una mujer vive el SPM. Por este motivo, los síntomas, la gravedad y los plazos pueden ser muy diferentes en cada caso.
Entre los síntomas más comunes se engloban algunos cambios fisiológicos como el acné, el estreñimiento o la aparición de flujo blanco antes de la regla y otros psicológicos como la irritabilidad, la dificultad de concentración o el sentimiento de tristeza.
Para algunas mujeres estos síntomas pueden venir acompañados de fuertes dolores y ser lo suficientemente graves como para impedirles la realización de sus actividades diarias. En estos casos, lo más recomendable es consultarlo con el médico de familia o el ginecólogo.
¿Qué es el síndrome premenstrual?
El síndrome premenstrual o SPM es el conjunto de síntomas que se dan de forma recurrente entre el periodo de ovulación y el de la menstruación. Estos síntomas tienen efectos tanto a nivel físico como a nivel psíquico, emocional y metabólico.
Por regla general, el SPM se produce durante los días previos al sangrado, sin embargo, no siempre es así. El comienzo puede darse entre 14 y un día antes de la llegada de la regla y, aunque suele finalizar con el inicio del sangrado, también puede prolongarse hasta el fin de este.
Aunque aún no se ha identificado la causa por la que se produce el síndrome premenstrual, sí se tiene conocimiento de que los cambios hormonales pueden desencadenar la mayoría de los síntomas más recurrentes en este periodo. La combinación de los síntomas físicos y psicológicos, junto a algunos factores sociales, es el principal desencadenante de este síndrome.
Del mismo modo, es importante tener en cuenta que los niveles de hormonas ováricas pueden producir una alteración en la producción de determinadas sustancias del cerebro como, por ejemplo, la serotonina o la betaendorfina. El desequilibrio en estos neurotransmisores también puede ser el gran responsable de los cambios en el estado de ánimo.
Además, diversos estudios y teorías apuntan a que el síndrome premenstrual está relacionado con algunos factores genéticos o hereditarios. Asimismo, se considera que los factores psicoafectivos, emocionales y nutricionales de cada mujer pueden afectar a cómo ésta vive el síndrome premenstrual.
¿Cuáles son los síntomas premenstruales más comunes?
Aunque cada mujer puede experimentar diferentes síntomas premenstruales, lo cierto es que sí existe una serie de dolencias, cambios físicos y alteraciones hormonales que se producen con mayor frecuencia. A continuación, vemos algunos de ellos.
1. Cólicos menstruales
Los cólicos menstruales son uno de los síntomas más habituales del síndrome premenstrual. Estos dolores, también conocidos como cólicos abdominales o dismenorrea primaria, comienzan durante los días previos al sangrado y pueden durar varios días tras el comienzo.
Los cólicos se sienten en la parte baja del abdomen aunque, en algunos casos, también se presenta dolor en la espalda o en los muslos. La principal causa de esta dolencia son las contracciones uterinas que se producen para favorecer la expulsión de la menstruación.
2. Brotes de acné
Casi el 50% de las mujeres en edad fértil, especialmente las más jóvenes, experimentan ciertos cambios en el estado de su piel antes de la llegada de la regla. Estos cambios suelen venir acompañados de brotes de acné, que aparecen con mayor medida en la barbilla y en la línea de la mandíbula.
Estos brotes de acné se deben a la disminución de los niveles de estrógeno y progesterona que se da en esta fase del ciclo reproductivo femenino. El cambio hormonal provoca un aumento de la producción de sebo y, por tanto, brotes de acné.
3. Cansancio o fatiga
Cuando la menstruación se acerca, es frecuente sentir fatiga o cansancio por la fuerte caída de los niveles de hormonas femeninas. Este cansancio también puede estar relacionado con los cambios de humor y dificultades para conciliar el sueño que también pueden aparecer como fruto de estos cambios hormonales durante los días previos a la menstruación.
4. Problemas intestinales
El aparato digestivo también se ve alterado por los cambios hormonales. Por este motivo, es frecuente que experimentes alteraciones en tu tránsito durante los días previos a la menstruación e, incluso, durante el sangrado.
Además, las contracciones uterinas también pueden provocar una contracción de los intestinos. Estas alteraciones pueden dar lugar a evacuaciones intestinales más frecuentes, diarrea, gases, náuseas o estreñimiento.
5. Dolor de cabeza
Los estudios realizados hasta la fecha apuntan que más del 50% de las mujeres que padecen migrañas experimentan más episodios de migraña durante los días previos a la menstruación. Asimismo, muchas mujeres que no tienen este problema experimentan dolores de cabeza leves o graves.
Por este motivo, es importante saber que la fluctuación de los niveles hormonales también pueden afectar a ciertos neurotransmisores y, por tanto, provocar dolores de cabeza. Estos síntomas también son comunes durante la fase de ovulación.