Esther Doña y Santiago Pedraz han vuelto a verse las caras. Viviendo en Madrid y moviéndose en los mismos círculos sociales, era cuestión de tiempo que la expareja se reencontrase tras su polémica ruptura el pasado mes de agosto, y este incómodo trance ya se ha producido.
Así lo ha contado la viuda de Carlos Falcó en el programa en el que colabora, ‘Y ahora Sonsoles’, revelando con naturalidad cómo fue ver de nuevo al hombre del que tan enamorada estuvo, con el que a punto estuvo de pasar por el altar, y que la dejó sin más explicaciones que un whats app diciéndole que lo mejor es que siguiesen sus vidas por separado.
Tal y como ha contado Esther, este encuentro se produjo por casualidad el pasado 7 de diciembre en uno de los restaurantes favoritos de la malagueña – en plena Milla de Oro Madrileña – y por raro que resulte, no sintió «ni frío ni calor» al reencontrarse con Pedraz, con el que no intercambió una palabra. Pasadas las horas, y analizando con calma la situación, confiesa que le dolió que «después de habernos querido tanto y terminar lo nuestro de tal manera no podamos ni saludarnos».
Además, y aunque asegua que ha «pasado págia totalmente», la marquesa viuda de Griñón no ha dudado en comentar su sorpresa al ver que su exnovio está yendo a establecimientos que ella le ha «enseñado» cuando en cambio ella ha evitado ir a todos los sitios que frecuentaba él para no pasar por una situación tan incómoda como la que acaba de vivir.
«El encuentro fue un visto y no visto» ha confesado a los micrófonos tras el programa, admitiendo que aunque no fue un momento cómodo, lo mejor es «normalizar las cosas porque seguirá ocurriendo» y volverán a encontrarse tarde o temprano en algún evento o restaurante. Sin embargo, y aunque asegura que tiene totalmente superada su ruptura, Esther tiene claro que no se tomaría un café con Pedraz porque, como confiesa, «por ahora no estamos para eso».
Por otro lado, y como colaboradora de la crónica rosa que es en el programa presentado por Sonsoles Ónega, la modelo se ha pronunciado por la incipiente relación que Tamara Falcó habría comenzado con un amigo suyo desde hace años, Hugo Arévalo. Una historia que, afirma, le recuerda a la suya con Santiago Pedraz porque ellos también tenían una amistad que dio paso al amor: «Yo lo no lo recomiendo, pero lo importante es que Tamara sea feliz y esté bien». «Por mi experiencia no me ha ido bien, pero no quiere decir que a ella le vaya a ocurrir lo mismo. Yo me alegro muchísimo porque si está ilusionada y feliz, me parece fabuloso. Ojalá. Se lo merece. Que disfrute del momento» asegura, confesando el inmenso cariño que siente por la hija de su difunto marido.