¿Qué es lo que convierte a un cineasta en un gran director? Esa es una pregunta interesante, tal vez incluso ociosa (para gustos se hicieron los colores), pero se responda como se responda llevaría al mismo punto: Steven Spielberg es sin duda uno de los grandes del séptimo arte. ¿Buscamos películas de calidad? Suyas han sido algunas obras del nivel de La lista de Schindler, Salvar al soldado Ryan o Munich. ¿Se quieren éxitos comerciales? No hay más que recordar Tiburón o Parque Jurásico. Por tener, el “Rey Midas” de Hollywood incluso cuenta con obras que podrían llevar la etiqueta de “de culto” como Minority Report o El imperio del sol.
Pero si por algo realmente destaca Spielberg, incluso por encima de todo lo demás, es por haber sido capaz de filmar cintas que han marcado a generaciones enteras. Ya hemos mencionado a Jurassic Park, pero dentro del mismo saco también podrían ir las aventuras de Indiana Jones (que tendrán quinta entrega dentro de poco) y, cómo no, E.T El extraterrestre. Puede que el bueno de “Indy” marcara el camino a seguir para la gran mayoría de películas de aventuras y acción desde entonces, pero el pequeño alienígena ochentero también fue capaz de crear un antes y un después a su manera. Ahora, 40 años después de su primera llegada a los cines, es buen momento para detenerse a hacer balance.
E.T. un clásico cargado de nostalgia
Es complicado saber qué fue antes, el huevo o la gallina, pero de lo que no hay duda es de que E.T. ayudó muchísimo a popularizar muchos de los mitos relacionados con extraterrestres con los que se conviven hoy en día. Mucho más que incluso la también “marciana” Encuentros en la tercera fase, igualmente de Spielberg y mucho más adulta, compleja y profunda. De hecho E.T. nació, en un primer momento, como secuela de la misma.
E.T. El extraterrestre, en cambio, sentó las bases del llamado cine familiar, con ingredientes que luego se han repetido hasta la extenuación, incluso en trabajos del propio Spielberg. Hablamos de elementos sobrenaturales mezclados con niños (un tanto repelentes en ocasiones), malos muy malos, buenos muy buenos, momentos de acción, y todo ello aderezado con mucho sentido del humor, pinceladas de drama y una banda sonora emotiva y atronadora.
Una fórmula ganadora que, al igual que Indiana Jones en su campo, se ha copiado (a veces incluso plagiado) hasta la saciedad. Pero en lo que muy pocos han podido igualar a E.T., de eso no hay duda, es en taquilla. La producción estrenada originalmente en 1982 continúa siendo una de las más exitosas de todos los tiempos. A nivel emocional, además, hay mucha gente que continúa recordando la aventura de manera especial. Por mucho que el tiempo no haya sido del todo condescendiente con algunas de las virtudes del clásico.
Pese a no desear ser ventajistas, la mentalidad de los años ochenta (al menos la americana) era muy distinta de la de ahora, y eso se nota en aspectos de E.T. como su sentido del humor o los tópicos que desentonan hoy más de lo que rechinaban en su momento. Como suele suceder en estos casos, el punto de vista cambia mucho entre si uno ya peina canas y vio la película en su momento o no.
En cualquier caso, lo que está claro es que E.T. El extraterrestre es, pese a todo, una leyenda del cine que prácticamente todo el mundo conoce y ha visto en alguna ocasión que otra, y uno de los momentos más álgidos de la carrera del mismísimo Steven Spielberg. Lo cual, atendiendo a su impresionante currículum, no es decir precisamente poco.