San Raúl de Cambrai, fue el Abad de Vaucelles, ó de Cambrai (Inglaterra – Cambrai, 1152). Fue un monje inglés del Císter, alumno de San Bernardo de Claraval. Fundó el monasterio de Vaucelles en Francia.
Con respecto a la cantidad de caballero que han sido bautizados con este nombre en España, son bastante, y si alguno de ellos se encuentra entre tus conocidos, amistades o familiares, es hoy el día en el que debes darle una cálida felicitación por su onomástico.
San Raúl de Cambrai
San Raúl de Cambrai, en el año 1132 era un monje ferviente, que fue enviado por San Bernardo de Claraval para que fundara un monasterio en el Valle de las Celdas, cerca de la zona de Cambria, en el norte de Francia.
Luego de haberlo fundado, se convirtió en su abad durante 20 años y, junto con sus monjes, se dedicó completamente a actividades como la oración, a la lectura de libros sagrados y a enseñar a los agricultores a cultivar. Desde su origen provenzal, que era la lengua hablada en Suiza, España, Italia y Francia, su nombre ha sufrido modificaciones, hasta que finalmente pasó a todo el cristianismo en la forma principal Roul, o Raúl.
El origen del nombre de San Raúl de Cambrai es considerado por algunos como una onomatopeya del aullido del lobo, aunque podría referirse a cualquier nombre de origen germánico, incluida la raíz lobo (ulfr), que tiene un evidente origen en el sonido que hacen estos animales.
Se trataba de un agregado honorífico que se otorgaba a los guerreros que demostraban fuerza y coraje en el campo de batalla; esta puede haber sido una forma de transferir las cualidades animales de este animal totémico al nombre de las personas.
Según esta información, el pueblo germánico tomaría este nombre del leguaje nativo, que era el celta. Hay muchos otros posibles orígenes del nombre de este enigmático nombre, pero estos son los principales posibles orígenes del nombre de San Raúl de Cambrai.
Su vida monástica transcurrió como abad
San Raúl de Cambrai recomendó que se debían hacer tres oraciones diarias que eran: Miserere, Aleluya y Tedeum. Durante su permanencia en el cargo, destacó por ser un hombre piadoso, dotado de las más profundas virtudes cristianas, y se mantuvo en el cargo de Abad del Monasterio de Vaucelles, o Cambrai, como también se le conoce, hasta el día de su muerte en el año 1152.
Aunque San Raúl de Cambrai es una figura muy importante para la cristiandad, no es sólo a él a quien se recuerda el 30 de diciembre, ya que el Santoral Católico debe ser completado con muchos otros nombres de hombres y mujeres que igualmente se convirtieron en un ejemplo para los seguidores de Jesús, ya sea por las obas que realizaron o por su vidas virtuosas.
La causa de ello es que en el Santoral Católico se encuentran incluidos más de 10.000 nombres, de manera que al querer honrarlos a todos, los días de un año no basta, haciéndose necesario que cada día del año recordemos a varias santos y beatos, que se han ganado el derecho de ser honrados, y en muchos casos, por haber obrado milagros que han sido certificados por a Santa Iglesia Católica.
Hoy la lista es bastante larga, y se encuentra integrada por los siguientes nombres: San Félix I, San Anisio de Tesalónica, Santa Anisia, mártir, San Egvino de Worcester, San Exuperancio diácono, San Geremaro de Flay, San Hermetes de Bononia, San Jocundo, obispo, San Lorenzo de Fraxanone, San Perpetuo, obispo, San Rainerio de Vestino, San Rogerio de Cannas, San Sabino de Spoleto y San Venustiano mártir.